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La salida de Elon Musk del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) hace algunos meses ha dejado expuestas, desde entonces, las dificultades de trasladar al sector público un modelo de exigencia máxima diseñado para el ámbito privado.

Con el paso del tiempo, ese antecedente sigue funcionando como referencia para discutir cuál es el camino más viable hacia una mayor productividad: ¿la reducción de la jornada laboral a 40 horas o una intensificación del ritmo de trabajo?

Musk, conocido por promover jornadas que pueden alcanzar las 80 horas semanales en sus empresas, abandonó en su momento su papel como asesor en el gobierno de Donald Trump, donde intentó llevar adelante una filosofía de eficiencia radical. Hoy, ese episodio continúa siendo citado en medio del debate por la reducción de la jornada laboral, como ejemplo de las tensiones entre modelos de trabajo más flexibles y propuestas de alta exigencia.

Fuente: narrativas-spin-mx

Elon Musk afirmó que sus empleados laborarán incluso los fines de semana

La calidad de vida de los trabajadores, su salud y la sostenibilidad del ritmo laboral son factores que no pueden pasarse por alto. El caso de Musk, aunque fascinante por sus resultados en la innovación, sirve como una advertencia sobre los riesgos de seguir ciegamente un modelo que podría no ser la respuesta para los desafíos del mercado laboral mexicano.

Sin embargo, su verdadera huella no está en los resultados de su gestión, sino en la filosofía que predica de un trabajo intenso que él mismo ha calificado como un “superpoder”. Para Musk, el horario de ocho horas es un concepto obsoleto si se busca cambiar el mundo y lograr avances disruptivos.

Esta mentalidad, que exige un sacrificio de la vida personal, ha sido la norma en empresas como Tesla y SpaceX, donde Musk ha sido un defensor declarado de jornadas laborales que superan ampliamente las ocho horas tradicionales. Ha pedido a sus empleados trabajar hasta 80 horas semanales, incluso los fines de semana, argumentando que solo con ese nivel de dedicación se pueden lograr avances disruptivos.

La breve y controvertida gestión de Musk en el DOGE, donde buscó recortar el gasto público, culminó con su renuncia en mayo de 2025. El multimillonario justificó su salida aludiendo a la complejidad burocrática y a la falta de apoyo a su agenda de austeridad.

El modelo de Musk contrasta drásticamente con la propuesta de reforma laboral que se discute en el Congreso de México, la cual busca reducir la semana de 48 a 40 horas. Si bien la visión de Musk ha catapultado a sus empresas a la vanguardia tecnológica, también ha generado fuertes críticas por el desgaste físico y mental de sus empleados.