A dos millas náuticas del puerto de Sisal, Yucatán, arqueólogos del INAH identificaron los restos del barco que siglos atrás fue el vapor La Unión, "el primer naufragio reconocido en México vinculado al tráfico de esclavos mayas hacia Cuba", según el informe oficial.
El hallazgo del pecio La Unión, resultado de tres años de investigación en campo y archivos de México, Cuba y España, confirma que el barco pertenecía a la naviera Zangroniz Hermanos y Compañía, "implicada en la venta clandestina de indígenas durante la Guerra de Castas".
"El incendio y hundimiento del vapor el 19 de septiembre de 1861 evidenció que, pese a decretos de prohibición, la esclavitud maya continuaba en la península", detallan Helena Barba Meinecke y su equipo de la Subdirección de Arqueología Subacuática.
Entre 1855 y 1861, La Unión transportó un promedio mensual de 25 a 30 mayas capturados o engañados con contratos falsos. "En Cuba, los varones podían venderse en hasta 160 pesos y las mujeres en 120", documentan los archivos históricos.
¿Cómo fue descubierto el pecio de La Unión?
En 2017, pescadores de Sisal guiaron a los arqueólogos hacia un sitio conocido localmente como "Vapor Adalio". Tras prospecciones y uso de magnetómetro, se hallaron restos en un área de 50 m² a 3-6 metros de profundidad.
El contexto arqueológico incluía partes de la maquinaria de la "primera etapa de la navegación a vapor (1837-1860)", como ruedas de paleta, caldera y caja de fuego, así como lastre de piedra y 40 clavos de cobre.
Se recuperaron fragmentos de cerámica y cubiertos de latón. "Son pocos los artefactos de la vida cotidiana que sobreviven en naufragios de esta región, debido al oleaje y huracanes", explicó Barba Meinecke.
¿Qué papel jugó La Unión en el tráfico de esclavos mayas?
Documentos históricos revelan que, durante la Guerra de Castas, autoridades yucatecas y comerciantes pactaron la venta de mayas "rebeldes" como esclavos a plantaciones cubanas, bajo contratos manipulados.
En octubre de 1860, La Unión fue sorprendida con 30 indígenas, incluidos niños de siete a diez años, listos para ser embarcados de forma clandestina rumbo a Cuba.
Pese a ese decomiso, el tráfico continuó hasta el último viaje de la nave. "Se estima que Zangroniz Hermanos trasladó hasta 20 mil esclavos entre 1855 y 1861", señala el registro.
¿Qué ocurrió el día del naufragio?
El 19 de septiembre de 1861, La Unión zarpó de Sisal hacia La Habana. A menos de dos millas del puerto, un incendio en la sala de calderas provocó una explosión que hundió el barco.
El siniestro mató a "dos terceras partes de la tripulación y varios pasajeros", sin contar a los esclavos, que en registros de la época figuraban como mercancías.
Seis meses antes, el presidente Benito Juárez había emitido un decreto prohibiendo la extracción de mayas, pero el desastre reveló que la práctica seguía activa.
¿Quiénes se beneficiaban del tráfico ilegal?
El informe del hallazgo del barco realizado por el licenciado Juan Suárez Navarro (1861) identificó a exgobernadores y autoridades locales implicadas en pactos con la naviera, incluyendo venta de indígenas y contrabando de armas.
Entre los señalados estuvieron Miguel Barbachano y Tarrazo, Pantaleón Barrera y Martín Francisco Peraza, figuras clave de la política yucateca del siglo XIX.
La ganancia era alta: "los intermediarios compraban cada esclavo en 25 pesos y lo revendían en La Habana hasta por 160", señala el documento.
Las imágenes que cuentan la historia del hallazgo
Las fotografías del archivo INAH muestran a arqueólogos explorando el lecho marino, fragmentos de la caldera y ruedas de paleta mimetizadas entre corales, así como ejes y radios de la propulsión.
Otras imágenes capturan la chimenea del barco y un lote de cubiertos de latón hallados en excavaciones, piezas que alguna vez sirvieron a pasajeros de primera clase.
Cada elemento visual complementa el relato arqueológico de este pecio tan valioso para la historia, mostrando cómo la maquinaria y objetos personales quedaron preservados bajo arena y agua durante 160 años.