Desde hace tres días, la Fuerza Aérea de Israel bombardea sin pausa las instalaciones de enriquecimiento de uranio en Natanz y Fordow, en un intento por frenar el desarrollo atómico de Irán.
Durante estos ataques, se interrumpió la cadena de suministros nucleares, se neutralizó a 10 científicos del régimen y se causaron daños parciales en las plantas subterráneas.
El gobierno israelí advierte que no se detendrá hasta que todos los centros nucleares iraníes estén completamente inoperables.
¿Dónde están las bases y por qué son difíciles de destruir?
Las instalaciones de Natanz y Fordow están ocultas a más de 60 metros bajo tierra, protegidas por montañas y desiertos. Esta profundidad impide que Israel, con su armamento actual, las destruya por completo.
El primer ministro Benjamín Netanyahu ha solicitado a Estados Unidos que le entregue bombas antibúnker de 13 toneladas y permita el uso de aviones B2, capaces de alcanzar esos objetivos.
Estados Unidos respalda, pero no se involucra
Hasta el momento, Washington solo ha brindado apoyo logístico: inteligencia militar y combustible para los aviones israelíes. Sin embargo, la Casa Blanca ha dejado claro que no participará directamente en el conflicto.
El expresidente Donald Trump, que mantiene comunicación con Netanyahu, advirtió que involucrar a EE.UU. militarmente haría que sus bases en Medio Oriente se conviertan en blancos del régimen iraní y sus aliados.
El plan alternativo de Netanyahu: asesinar a Khamenei
Ante la negativa estadounidense, Netanyahu baraja un plan extremo: eliminar a Ali Khamenei, líder supremo de Irán. Considera que, si no puede destruir las instalaciones, podría desmantelar el programa nuclear atacando su liderazgo.
La Casa Blanca ya rechazó esa idea, alegando que podría desencadenar un efecto dominó con consecuencias militares y diplomáticas a gran escala.
¿Qué sigue?
Netanyahu ha sugerido que, si EE.UU. no interviene, activará su plan contra Khamenei. Mientras tanto, los bombardeos continúan y la tensión escala en una región que ya arde.
Israel apuesta todo a frenar la bomba nuclear iraní, incluso si eso significa actuar en solitario.