Un reciente descubrimiento ha impactado el ámbito de la conservación en México. En la selva Lacandona de Chiapas, se registró la presencia de un águila arpía (Harpia harpyja), ave rapaces de gran envergadura, tras ser considerada extinta en el país por varias décadas. Este anuncio se realizó durante el Chiapas Birding Festival 2025, el evento más relevante para los aficionados a la observación de aves en México, según la organización Dimensión Natural.
Este hallazgo es un avance crucial en los esfuerzos de conservación, ya que el águila arpía está catalogada como en peligro de extinción según la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010. Alan Monroy Ojeda, miembro de Dimensión Natural, destacó que este logro es resultado de años de capacitación de guías comunitarios y programas de monitoreo en la región. "Desde 2016, deseábamos encontrar evidencia de la presencia del águila arpía en México. Hoy, en 2025, podemos confirmar que esta majestuosa ave aún habita nuestras selvas", expresó Monroy Ojeda en redes sociales.
Aparece un ave mexicana que se creía extinta y sorprendió a todos
El águila arpía, reconocida por su tamaño y cresta distintiva, enfrenta múltiples amenazas en su hábitat. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) la clasifica como vulnerable, debido a la rápida deforestación, degradación del entorno y caza. Aunque su distribución se extiende desde el sur de México hasta el noreste de Argentina, ha desaparecido en varias áreas, incluyendo gran parte de América Central y regiones específicas de Sudamérica.
La población de águilas arpías en México había sido considerada extinta durante años, lo que hace que el avistamiento en Chiapas sea de gran importancia. Monroy Ojeda enfatizó que la población restante en el país es extremadamente limitada, lo que subraya la necesidad urgente de implementar medidas de conservación. La selva Lacandona, uno de los últimos refugios de biodiversidad en México, es crucial para la supervivencia de esta especie. Este ecosistema, que abarca más de 1.8 millones de hectáreas, alberga una rica variedad de flora y fauna, muchas de las cuales están en peligro de extinción. Sin embargo, la deforestación y la expansión de actividades humanas amenazan su equilibrio ecológico.
El miembro de Dimensión Natural resaltó que la conservación del águila arpía está íntimamente ligada a la protección de su hábitat. "El desafío de preservar esta especie depende de nuestra capacidad para conservar su entorno y fomentar modelos económicos sostenibles que respeten la biodiversidad", afirmó.
La colaboración de diversas organizaciones y comunidades locales fue fundamental para hacer posible este anuncio. Monroy Ojeda agradeció el apoyo de los monitores comunitarios de Siyaj Chan, el equipo de Natura Mexicana AC, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) y otros aliados en la conservación, destacando la importancia de involucrar a las comunidades en la protección de los ecosistemas.
Se espera la publicación de un estudio científico que documentará este hallazgo, lo que permitirá profundizar en el conocimiento sobre la situación actual de la especie en México. Este descubrimiento del águila arpía es un recordatorio del potencial de la naturaleza para recuperarse cuando se le brinda la oportunidad. "Espero que mi vida sea un legado para salvaguardar nuestra casa común y todos los seres que compartimos este viaje espacial", concluyó Monroy Ojeda, resaltando la importancia de proteger la biodiversidad.
A nivel global, se estima que la población del águila arpía oscila entre 100 mil y 250 mil individuos maduros, según datos de la UICN. Sin embargo, esta cifra podría ser menor debido a la caza, la tala selectiva y la pérdida de hábitat. La caza y la persecución representan serias amenazas, ya que en algunas áreas, el águila arpía es cazada por sus plumas o capturada para ser vendida como mascota y también enfrenta riesgos por colisiones con líneas eléctricas y la expansión de actividades humanas en zonas previamente intactas. La información fue compartida por Infobae.
Además, se ha observado un aumento en la colaboración entre organizaciones no gubernamentales y comunidades locales, lo que ha permitido implementar estrategias de conservación más efectivas y sostenibles en la región, contribuyendo a la protección de otras especies en peligro de extinción que cohabitan en la selva Lacandona.