Un estudio reciente difundido por la Universidad de Harvard ha generado un impacto positivo en lo que respecta a la adopción de nuevos modos de vida que permitan a futuro reducir las probabilidades de morir por Alzheimer.
Este tipo de trastorno, que representa entre un 60% y un 70% de los casos de demencia que se registran en el mundo (según la Organización Mundial de la Salud), podría no afectar a quienes se desempeñen laboralmente ejerciendo dos tipos de tareas en particular. Checa de cuáles se trata y cómo identificar si una persona se encuentra padeciendo la enfermedad.
¿Cuáles son los primeros signos de la enfermedad de Alzheimer?
Una de las maneras más comunes de identificar una persona que padece Alzheimer, un trastorno que se caracteriza por la pérdida de memoria progresiva y la destrucción de las habilidades del pensamiento, es atendiendo a los primeros síntomas.
Entre las señales que se pueden advertir, y que podrían ser indicadores del padecimiento de esta enfermedad, se destacan:
- Problemas de memoria: refiere a las reiteradas preguntas que pueda manifestar la persona, a pesar de que se las hayas respondido anteriormente. El olvido de nombres de familiares y su entorno cercano son algunos ejemplos.
- Cambios en la personalidad: como la pérdida de interés, aumento de la desconfianza hacia otras personas, delirios, aumento de la agresividad o el aislamiento social.
- Complejidades para seguir una rutina diaria: alude a toda aquella que implique un orden de actividades o pasos, ya sea desde lavarse los dientes después de comer o elaborar una receta.
- Empeoramiento de la capacidad para tomar decisiones.
- Dificultad para concentrarse: esto puede incluir también problemas para pensar en conceptos abstractos.
- Inconvenientes para realizar más de una tarea al mismo tiempo.
¿Cuáles son dos trabajos que podrían reducir el riesgo de tener Alzheimer?
Entre las labores que han demostrado resultados arrolladores en lo que concierne a maneras de reducir el riesgo de morir por este tipo de enfermedad, se destacan dos: conducción de taxis y de ambulancias.
En los últimos años, distintas investigaciones en torno a este tipo de trastorno dieron a conocer que los taxistas londinenses solían presentar un agrandamiento del hipocampo, una zona del cerebro relacionada con el desarrollo de la memoria espacial y que en circunstancias en las que se padece este trastorno suele ser de las más afectadas.
Al respecto, la Universidad de Harvard informó a través de su sitio web oficial sobre la realización de un trabajo científico, que implicó el análisis de casi nueve millones de personas fallecidas en un período de tres años, que contaban con información ocupacional en sus certificados de defunción.
Según los resultados recabados, los conductores de taxis y ambulancias tenían una probabilidad mucho menor de morir por Alzheimer que las personas con otras ocupaciones.
Concretamente, los porcentajes en torno a la cantidad de individuos que morían a causa de esta enfermedad, representaron el 0,91 % correspondiente a los taxistas y el 1,03 % a los conductores de ambulancias.
Gracias a los análisis que se llevaron a cabo, se determinó que los individuos que contaban con estas profesiones presentan un 40 % menos de muertes relacionadas con el Alzheimer.