La Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) dio a conocer a través de la edición de octubre de la Revista al Consumidor un estudio de calidad realizado sobre la base de 45 esponjas de cocina.
La publicación que aconseja en materia de ahorro y consumo a los habitantes del país, dio a conocer cuáles son las marcas que no cumplieron las normas establecidas por el Gobierno.
¿Cuál fue el estudio que realizó la PROFECO?
La edición de octubre de la Revista al Consumidor llegó con una serie de estudios de calidad realizados a distintos productos. Entre ellos, se analizaron 45 esponjas de cocina, que pasaron por distintas pruebas:
Información comercial
Se verificó que la información comercial que ostentan sea veraz, describa y presente a los productos sin inducir a error con respecto a su naturaleza y características.
Evaluación de rayado
Se hizo la prueba de tallado sobre una superficie recubierta con antiadherente para analizar cuánto la rayan a mediano plazo después de un uso acelerado.
Contenido neto
Se revisó que el contenido del empaque coincidiera con lo indicado en el etiquetado de las fibras.
Acabados
Se analizó el corte simétrico de las fibras, que no presentara material sobrante, así como que los productos no tuvieran deformaciones visibles ni contaminantes como manchas o residuos.
¿Cuáles fueron las conclusiones a las que arribó la PROFECO?
Entre las conclusiones a las que arribó la PROFECO tras su estudio de calidad a las esponjas de cocina, comprobó que una serie de marcas no son veracesen su declaración antibacteriana. Las marcas que desaprobaron en esta categoría, son:
- Corazzi (Arcobaleno)
- Great Value (Fibra esponja)
- Scotch-Brite (Extrema)
- Scotch-Brite (Limpieza pesada)
- Virutex (Esponja multiuso).
Para comprobar la actividad antibacteriana de las esponjas, se verificó que las fibras que declaran tener un acabado o material antibacteriano en efecto inhiban el crecimiento de bacterias.
Para ello, se preparó una placa de cultivo (una cajita con gel nutritivo donde crecen bacterias), donde se dibujaron rayas paralelas con un marcador invisible lleno de bacterias y sobre estas se puso la fibra.
Pasado un tiempo se verificó si las bacterias crecieron o no por debajo y a su alrededor. De esta manera, se comprobó que si las bacterias no crecen cerca de la fibra, significa que sí tiene actividad bacteriana, pero si crecen igual que siempre, entonces no posee esta propiedad.