La Ciudad de México enfrenta una crisis ambiental sin precedentes: se está hundiendo entre 10 y 40 centímetros por año debido a una combinación de factores humanos y naturales.
De acuerdo con investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), esta subsidencia progresiva podría hacer inhabitables diferentes zonas de la capital en menos de una década, obligando a desplazamientos forzados de población.
Este fenómeno es provocado principalmente por la extracción excesiva de agua de los acuíferos subterráneos, sumado al peso de los desarrollos inmobiliarios y a la compactación natural del suelo arcilloso sobre el que se construyó.
En zonas como Iztapalapa, el hundimiento ya alcanza los 40 centímetros anuales, provocando fallas estructurales, falta de agua potable e inundaciones recurrentes.
Los geólogos advierten que este proceso llegó a un "punto de no retorno", y que, de no tomarse medidas urgentes para desconcentrar y planificar nuevos núcleos urbanos, la situación derivará en una crisis social y ambiental de gran escala.
Incluso monumentos emblemáticos como el Ángel de la Independencia ya tuvieron que ser ajustados por el descenso del suelo.
¿Por qué se hunde la Ciudad de México? Las causas detrás del colapso urbano
La ciudad fue construida sobre un antiguo lago, lo que hace que su subsuelo esté compuesto principalmente por sedimentos blandos, como arcilla y material volcánico.
A lo largo de las décadas, el crecimiento poblacional desmedido y la necesidad de agua llevaron a una extracción intensiva de los acuíferos subterráneos, lo que generó vacíos y debilitó la base sobre la que se sostiene la ciudad.
Además, la falta de espacios verdes, el pavimento impermeable y la canalización de ríos naturales impiden el correcto drenaje del agua de lluvia.
El resultado es una paradoja: mientras se extrae agua del subsuelo para abastecer a la población, las lluvias no logran recargar los mantos acuíferos y generan inundaciones severas en las zonas más hundidas.
El impacto social del hundimiento: desigualdad, marginación y desplazamientos forzados
Lacrisis hídricay de hundimiento no afecta por igual a todos los habitantes. Las zonas más vulnerables, como el suroriente de la capital, sufren la peor parte: son las que más agua extraen de pozos, las más afectadas por las inundaciones y, al mismo tiempo, las que menos acceso tienen al suministro regular del líquido.
Los geólogos advierten que, si no se aplican medidas de mitigación, en los próximos años será necesario desplazar a comunidades enteras hacia nuevas ciudades planificadas con mejor infraestructura, servicios básicos, hospitales y empleos. Sin una estrategia integral de descentralización urbana, el colapso será inevitable.
El futuro de CDMX: ¿hay salida al hundimiento?
Según especialistas, el único camino posible es rediseñar el modelo urbano y reducir la presión sobre la Ciudad de México. Esto implica impulsar la creación de nuevas urbes autosuficientes, relocalizar industrias y servicios, y garantizar una planificación territorial con enfoque ambiental y social.
De no hacerlo, advierten, en tan solo seis a diez años algunas zonas estarán completamente colapsadas, sin posibilidad de recuperación.