

A partir del 2 de septiembre, miles de solicitantes de visa americana para Estados Unidos enfrentarán un cambio clave en el proceso: ya no podrán evitar la entrevista presencial, incluso si solo buscaban renovar su permiso.
La medida impactará a trabajadores calificados, estudiantes y familias enteras que dependían del trámite simplificado.

Cómo será a partir de ahora el trámite de renovación de la visa americana
El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció que, desde el 2 de septiembre de 2025, se eliminará la posibilidad de renovar visas americanas sin entrevista para casi todas las categorías de no inmigrantes.
Las únicas excepciones serán las visas B1/B2 (turismo y negocios), pero incluso categorías antes exentas como niños menores de 14 años y mayores de 79 años deberán ahora presentarse en persona.
La medida pone fin a una política implementada tras la pandemia, que permitía renovar visas de trabajo o estudio sin entrevista, agilizando los turnos y reduciendo tiempos de espera.
H-1B, estudiantes y familias: los más afectados
El cambio impacta directamente a quienes renovaban visas H-1B (trabajadores especializados) y F-1 (estudiantes), categorías que ahora deberán agendar entrevistas en persona, lo que podría multiplicar los tiempos de espera.
Según expertos, muchas personas ya tienen turnos agendados después del 2 de septiembre bajo el esquema de exención, y ahora no está claro si deben volver a pedir cita, generando confusión y posibles retrasos en viajes planificados.
Además, crece la exigencia de controles biométricos y pedidos de evidencia adicional en procesos de renovación, incluso por antecedentes menores o arrestos pasados, lo que añade incertidumbre a los solicitantes.

¿Por qué se toma esta medida y qué se espera ahora?
Antes del COVID-19, las entrevistas presenciales eran la norma para la mayoría de las visas americanas. La exención fue un recurso temporal para reducir el atraso acumulado en las embajadas. Ahora, con la administración Donald Trump endureciendo su política migratoria, se retoma un enfoque más estricto.
La medida también responde a una mayor vigilancia en fronteras y puntos de entrada, donde los solicitantes enfrentan más preguntas, revisiones documentales e incluso verificaciones de antecedentes judiciales.
Mientras tanto, empresas que dependen de talentos extranjeros temen que la nueva política complique aún más la contratación de profesionales internacionales.














