Río de Janeiro sufre algo inesperado: un fuerte aumento de muertes por coronavirus en ancianos que ya habían sido inoculados con dos dosis de vacunas contra el Covid-19. Y el incremento de 73% se dio desde mediados de junio, cuando la contagiosa variante Delta ya se había detectado en Brasil.
También los ingresos hospitalarios de ese grupo poblacionalaumentaron mucho en ese período: un 104%. No se incluyeron las dos últimas semanas de agosto en el registro para no posponer su publicación.
Esto sumado a las investigaciones que sugieren una disminución de la efectividad de las vacunas a lo largo del tiempo, terminó de convencer al gobierno federal para autorizar hoy una tercera dosis a mayores de 70 años e inmunodeprimidos -algo que venían reclamando los gobiernos estatales y municipales-, aunque anunció que la aplicarán recién a partir del 15 de septiembre.
En Río de Janeiro, las muertes por síndrome respiratorio agudo severo (SRAS) en personas mayores de 60 años que ya habían recibido dos dosis de vacunas subieron de 64 en la tercera semana de junio a 111 en la segunda de agosto (hasta 73%) y las hospitalizaciones se duplicaron de 166 a 339 en el mismo período (104%), según datos de la Subsecretaría de Vigilancia de la Salud de Río de Janeiro a los que accedió Folha.
De todas formas esto no significa que las vacunas no funcionen ya que la gran mayoría de muertes y hospitalizaciones entre mayores de 60 años combinadas este año se produjeron en aquellos que no tomaron ninguna dosis.
El Ministerio de Salud brasileño aclaró hoy que las vacunas usadas como refuerzo serán de AstraZeneca, Johnson & Johnson o Pfizer, lo que difiere de las declaraciones hechas ayer por el ministro de Salud, Marcelo Queiroga, que afirmó que las personas vulnerables y los mayores de 80 años recibirían una dosis adicional de Pfizer.
La vacuna Coronavac de Sinovac, que fue usada para mucha gente anciana en Brasil porque fue la que estuvo disponible inicialmente en grandes cantidades, no forma parte de los planes presentados para las dosis de refuerzo.
Las inoculaciones extra serán administradas a los que tengan sistemas inmunes vulnerables 28 días después de su segunda dosis. Para los que tengan 70 años o más, el ministerio estipuló un intervalo de seis meses antes de inyectar el refuerzo.
También a partir del mes próximo, la brecha entre la primera y la segunda dosis de las vacunas de Pfizer y AstraZeneca bajará de 12 a ocho semanas para todos los vacunados en el país.
Según datos del Ministerio de Salud, en Brasil 123,9 millones de personas recibieron al menos una dosis de la vacuna contra el Covid-19, o el 59% de la población. Unos 55,7 millones fueron inmunizados por completo, cerca del 26,5% de la población.