La Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) elegirá mañana a su nuevo presidente, mientras el actual, Joseph Blatter, observa cómo se desarrolla el escándalo por el cobro de coimas por parte de varios funcionarios de la entidad.
Hace poco más de una semana, Blatter había respirado un poco más aliviado: dos de sus principales competidores en la pelea por quedarse con su cargo desistieron de sus candidaturas.
¿Quiénes fueron? El titular de la asociación holandesa de fútbol, Michael van Praag, y el futbolista portugués, Luis Figo.
De este modo, el hoy cuestionado Blatter, de 79 años, quedó con un solo rival en su búsqueda por asegurarse su quinto mandato consecutivo.
¿Y quien es el único rival que enfrentará Blatter? Se trata del príncipe jordano Ali Bin Al Hussein, vicepresidente de la confederación asiática.
Ayer, el propio Príncipe Ali sumó un nuevo foco de investigación al bochorno. ¿Por qué? Su equipo de campaña denunció que una persona, que no pertenece a la FIFA, le ofreció conseguir los 47 votos para sacar al funcionario suizo de su cargo.
El equipo del Príncipe Ali, tercer hijo del rey Hussein, contó lo sucedido a Quest, una agencia de inteligencia corporativa ubicada en Londres, pero no al Comité de Ética de la FIFA debido a que la persona que ofreció el servicio “no trabajaba” en la cuestionada FIFA.
Como los reclamos hechos por este individuo sugieren fuertes actos criminales, Quest transfirió el caso a las autoridades legales competentes.
En su propuesta, el Príncipe Ali lleva adelante una campaña para “poner fin al modelo autoritario de la FIFA y apoyar la publicación del informe de Michael García” sobre supuestas irregularidades en el otorgamiento de la sede a Qatar y Rusia para las copas del mundo 2018 y 2022 respectivamente.
Las detenciones ordenadas a Suiza por la Justicia americana se basaron precisamente en ese informe.
Desde 2001, mucho antes del actual escándalo, Blatter ya había sido señalado por acusaciones de abuso de poder, corrupción y fraude financiero.
Sin embargo, siempre consiguió la forma de escapar de las diferentes acusaciones y prolongar su mandato.