Desde que asumió Donald Trump en EE.UU., Israel anunció más de 6.000 asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este. Ayer prometió tres mil, mientras desmantelaba la polémica colonia en Amona, que incluyó enfrentamientos de centenares de colonos y agentes policiales.
"Construimos y seguiremos construyendo", insistió el primer ministro, Benjamin Netanyahu, para quien la presidencia de Trump es una "oportunidad formidable" tras las "enormes presiones" de la gestión Obama. La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, alertó que la decisión es "una tendencia preocupante y plantea un desafío directo a la perspectiva de una solución de dos Estados viable".