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Luego de dos meses de pontificado, ya se pueden notar las diferencias entre el papa León XIVy su predecesor, el argentino Francisco. Con un estilo sobrio y austero, Jorge Bergoglio siempre buscó marcar distancia de las tradiciones que consideraba más ostentosas de la Iglesia católica.
A pesar de que León XIV busca mantener una línea similar, en ciertas acciones se evidencia un estilo de papado distinto. Y una de las más explícitas guarda relación con su decisión de irse a la residencia de verano para vacacionar.
León XIV volvió a un lugar que Francisco no eligió por 13 años
León XIV es el primer papa que disfruta de su retiro veraniego en Castel Gandolfo, a 25 kilómetros de Roma, tras la muerte de Francisco (2013-2025). El argentino rompió con una tradición centenaria al decidir no veranear en ese lugar durante los 13 años de su pontificado.
Una de las diferencias más notorias quedó reflejada el mismo día de su asunción. Francisco apareció el 13 de marzo de 2013 con una sencilla túnica blanca; León lo hizo el 8 de mayo de 2025 con el atuendo tradicional. Como papa, viste túnicas elegantes. Además, León probablemente se trasladará al Palacio Apostólico después del verano. Esto también significaría el regreso a una larga tradición.
La alegría de Castel Gandolfo por el retorno del Papa
Luego de los 13 años en los que Francisco eligió no irse de vacaciones, y solamente frenar el ritmo de trabajo sin salir del Vaticano-, el papa volvió a "su casa". Así lo expresan los ciudadanos de la pequeña localidad de los Castelli Romani.
"Es un retorno al futuro", asegura Maurizio, detrás del mostrador de un bar que, por su ubicación, domina los movimientos de la Piazza della Libertà, situada frente a la residencia papal.
León XIV le devuelve a un pueblo su esencia recogiendo una herencia. Francisco, el hombre que interrumpió la tradición veraniega de los papas, dejó en este lugar un sentimiento de orfandad que León se está ocupando de restaurar, según lo transmitido por sus habitantes.
En Castel Gandolfo la tradición es vital y tiene que ver con sentir suyo al papa. Sin embargo, logran comprender que, en el conjunto de los papas, el que eligió llamarse Francisco no haya querido gozar de vacaciones, y que su decisión de convertir la residencia papal en un museo no significa sepultar la tradición, sino abrirla a todos.