El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, instó ayer a Israel a un alto el fuego en la Franja de Gaza, donde murieron más de mil palestinos y donde continúan las hostilidades a pesar del anuncio de Hamas de una tregua el último día de ramadán.
En una conversación telefónica con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, Obama dejó claro el imperativo estratégico de instituir un inmediato e incondicional cese el fuego, según la Casa Blanca.
Ambos bandos se responsabilizaron mutuamente de la continuación de las hostilidades, en detrimento de un eventual alto el fuego la víspera de la gran fiesta musulmana de Eid al Fitr, que marca el final del ramadán.
Para Netanyahu, los combatientes de Hamas violan su propio cese del fuego, al continuar con el lanzamiento de cohetes contra Israel, que hará todo lo necesario para defender a su pueblo, declaró a la CNN.
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, instó de nuevo anoche en los términos más fuertes a prolongar 24 horas más la tregua humanitaria observada durante 12 horas el sábado.
Hamas rechazó el sábado una tregua de varias horas aceptada por el consejo de seguridad de Israel, al exigir la retirada de los soldados del enclave palestino, donde entraron el 17 de julio, nueve días después del inicio de los ataques aéreos.
El jefe de Hamas en el exilio, Jaled Meshal, dijo que combatían contra los ocupantes Estoy dispuesto a coexistir con judíos, cristianos, árabes y no árabes (...) Sin embargo, yo no puedo coexistir con el ocupante, declaró a la cadena estadounidense PBS.
En total, la ofensiva israelí mató a 1.031 palestinos, un 75% civiles según la ONU. Un sondeo publicado ayer en Israel reveló que un 85,6% de los israelíes se oponen a un alto el fuego.