La presidenta brasileña,

Dilma Rousseff, anunció ayer un Plan Nacional de Exportaciones para estimular las menguadas ventas del país al exterior, con el que aspira a revertir el resultado de 2014, cuando la balanza comercial cerró en rojo por primera vez desde 2001.


La "ofensiva" comercial contempla como prioridades los mercados de Estados Unidos, China, la Unión Europea (UE) y los miembros de la Alianza del Pacífico (Chile, México, Colombia y Perú), aunque eso no significará marginar a los socios del país en el Mercosur, aclaró la mandataria.


Según admitió Rousseff, el plan es fruto de una "revisión" de las estrategias del comercio brasileño debido, dijo, al "fin del ciclo de superprecios" de las materias primas, que significó para Brasil cerrar 2014 por primera vez en 14 años con un déficit de u$s 3.930 millones. La diversificación del comercio apunta también a reforzar otros planes del gobierno para reactivar la débil economía nacional, que este año se prevé que se contraerá un 1,2%.
También subrayó que persigue reforzar la presencia de Brasil en la lista de grandes exportadores mundiales, en la que actualmente ocupa el puesto 27, pese a ser la séptima economía del planeta.


El plan se apoya en cinco pilares: acceso a nuevos mercados, promoción comercial, facilitación de comercio, financiación y perfeccionamiento de mecanismos tributarios.


Entre otras medidas, el gobierno aumentará en 30% los fondos al Proex (un programa estatal que ofrece crédito barato para financiar exportaciones), sumará más fondos y líneas de crédito del Bndes a las exportaciones y reducirá los pesados trámites burocráticos que enfrentan actualmente los exportadores brasileños, tanto a la hora de enviar sus productos al exterior como para ingresar al país sus ganancias.

Más inflación y contracción El anuncio de Rousseff coincidió con las nuevas proyecciones económicas del Banco Central de Brasil. En su informe trimestral, la entidad elevó la previsión de la inflación para 2015 a 9%, por encima del máximo de la meta oficial (6,5% más/menos 2), y aumentó su cálculo de contracción del PBI a 1,1%, que sería el peor resultado desde 1990. En el informe del primer trimestre, proyectaba una inflación de 7,9% y una contracción de 0,5% del PBI.