Me enteré de que se había vendido el Palacio Chrysler (hoy, Palacio Alcorta). Por esos días, no existía Google para averiguar quién era el comprador. Pero lo conseguí y me fui hasta sus oficinas, toqué la puerta y pedí por los compradores, recordó Sergio Dattilo, gerente Corporativo de Relaciones Institucionales de IRSA, Alto Palermo y Cresud, en la charla, moderada por Juan Manuel Compte, de Revista Apertura. Me recibió un hombre de barba y un joven rubio. eran Eduardo Elsztain y Marcelo Mindlin. Les dije, ustedes no tienen cara de tener u$s 15 millones para comprar el edificio. Ellos se miraron, se rieron y Elsztain me respondió, en realidad el inversor es George Soros, agregó el hoy ejecutivo de IRSA, que por entonces, a inicios de los 90 trabajaba como periodista, conmemorando su primer encuentro, con lo que, más tarde, se convertiría en uno de los principales players del rubro de real estate y su empleador.
Según recordó Dattilo, Elzstain había convencido a Soros de invertir en el país, bajo la promesa de que los activos físicos, como las propiedades, subirían, siguiendo a los activos financieros, que ya lo habían hecho.
Saber vender
La relación, que duraría casi una década, permitió gran parte del ascenso de IRSA entre las firmas de real estate local, con la compra, entre otros, de los activos de Perez Companc (Alto Palermo, Intercontinental Plaza).
Otro hito para la firma fue la compra de Cresud, que se financió con todos los pagaré que le dieron los compradores del último proyecto inmobiliario residencial que erigió Elsztain de la mano de la empresa familiar, que supo comandar su abuelo Isaac Elsztain, repasó Dattilo, que aprovechó su acotación para desmentir la información de que fuera también el pater familias quien diera origen a la IRSA de la actualidad. Isaac Elsztain, fue un gran desarrollador de decenas de miles de metros cuadrados residenciales, en la década del '60. Hasta que se embarca en la construcción de una torre de 50.000 m2 y no le va bien. En esa situación, con la empresa casi quebrada, Eduardo se hace cargo de la empresa y compra IRSA, una sociedad que cotizaba en la Bolsa de Comercio para lo que sería su expansión", comentó el ejecutivo.
Un punto de inflexión para IRSA fue en 2001, cuando Soros se retira de la compañía. Todos creían que sin él, la empresa no sería la misma, comentó Dattilo. Sin embargo, Elsztain logró reemplazar al inversor con otros dos magnates estadounidenses: Edgar Bronfman (Universal Studios) y Michael Steindhardt, fundador del fondo de cobertura Steindhardt. Así, IRSA logró recorrer una nueva década de obras y adquisiciones.