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La onceava audiencia del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa, uno de los más complicados por el homicidio, sorprendió al romper el llamado "pacto de silencio" y contar lo sucedido el día del homicidio.
Se trata de Máximo Thomsen, el rugbier acusado de ser, presuntamente, el autor de la patada que terminó con la vida de Fernando.
quién es máximo thomsen
Thomsen tenía 20 años cuando ocurrió el asesinato de Fernando Báez Sosa. Estudiaba educación física en Zárate, lugar del que es oriundo, y jugaba al rugby en el Club Atlético San Isidro.
Durante toda su vida practicó ese deporte, primero en el Arsenal Zárate, en donde conoció a los demás acusados por el crimen, y luego en el CASI adonde llegó en 2017.
En la causa de Fernando Báez Sosa, Thomsen está imputado por "lesiones graves". Para la querella, el joven sería el autor de la patada mortal que puso fin a la vida de Báez.
Según las pruebas presentadas por las partes acusadoras, Thomsen sería "el jefe" del grupo de rugbiers acusados. Algunas de las pruebas en su contra son una zapatilla y prendas de vestir manchadas con sangre de la víctima.
Thomsen también estaría comprometido por un audio de WhatsApp, en el cual un tal "Juani Neme" asegura que "le pegó no sé cuántas patadas en la cabeza y la última lo mató".
JUICIO POR EL CRIMEN DE FERNANDO BÁEZ SOSA: MÁXIMO THOMSEN ROMPIÓ EL SILENCIO
Hoy durante la audiencia por el juicio a Fernando Báez Sosa, Máximo Thomsen rompió en llanto y pidió declarar.
"Quiero pedir disculpas, porque jamás en la vida se me hubiera ocurrido matar a alguien", abrió su declaración Máximo Thomsen. Anteriormente, la madre de Blas Cinelli había anticipado: "No quiero ni pensar lo que sienten los padres del chico fallecido, pero nosotros también sufrimos mucho". (Su testimonio provocó que Graciela Sosa abandone la sala).
"Estábamos medios mamados, fuimos a comprar las entradas a Le Brique. Fuimos a la previa, llevamos más alcohol y después tipo 4 fuimos al boliche", narró el imputado, sobre los momentos previos al ataque.
En esta línea, contó lo sucedido dentro del establecimiento: "Me acuerdo de que en una ocasión yo digo 'por favor, basta de empujar' y siento que alguien me responde 'estamos todo en la misma'. Cuando termino de decir eso, me empuja alguien, me doy vuelta y era un amigo, que tenía un chichón".