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La desaparición de Acaí, una hembra de yaguareté liberada en el Parque Nacional El Impenetrable, generó alarma en todo el país. El felino, considerado Monumento Natural Nacional y Provincial, era parte del programa de reintroducción de la especie en la región chaqueña.

Su pérdida, ocurrida a pocas semanas de la liberación, abrió una investigación judicial y movilizó a equipos de conservación.

Una recompensa histórica para obtener pistas

La Administración de Parques Nacionales anunció una recompensa de $ 250 millones para quienes aporten información que permita identificar a los responsables.

El llamado busca la colaboración de las comunidades locales y apunta a frenar la caza furtiva, una de las principales amenazas para la especie. Las autoridades pidieron difundir el mensaje en toda la región para sumar datos que ayuden a esclarecer el hecho.

¿Cómo avanza la investigación?

El operativo involucra a la Justicia Federal, la Fundación Rewilding Argentina y autoridades provinciales. El fiscal Carlos Amad confirmó que el daño ambiental por la desaparición se estima en $ 2.700 millones, una cifra que refleja la importancia de cada ejemplar en el ecosistema.

Hasta ahora, los rastrillajes terrestres y fluviales, el análisis de imágenes satelitales y la revisión de dispositivos móviles no lograron dar con el animal ni con el collar satelital que permitía seguir sus movimientos.

Desde la última señal del dispositivo, registrada cerca del río Bermejo, se desplegaron buzos, patrullajes y operativos de inteligencia. Sin embargo, las condiciones extremas del monte y la baja densidad poblacional complican la búsqueda.

El protocolo también contempla la validación de reportes de habitantes y el análisis de posibles encuentros con animales domésticos.

¿Por qué este caso es tan grave?

El yaguareté es una especie en peligro crítico en Argentina. Su conservación es prioritaria en el Chaco, donde la pérdida de hábitat y la caza ilegal redujeron drásticamente la población.

Acaí, de 2 años y 8 meses, se incorporó al programa el 5 de octubre con un collar satelital que enviaba reportes cada cuatro horas. El 25 de octubre se perdió la señal y comenzó el operativo.

Durante los primeros días, la hembra recorrió sectores de monte cerrado, lo que se consideraba un comportamiento normal. La desaparición, pese al monitoreo satelital permanente, encendió todas las alertas y motivó la activación de un operativo especial.

¿Qué dice la Justicia?

Aunque circulan versiones sobre cazadores furtivos, el fiscal pidió prudencia: “No hay pruebas que confirmen esa hipótesis”. La investigación sigue abierta y cualquier dato puede ser clave para reconstruir lo ocurrido. El funcionario recordó que la ley es clara: matar un yaguareté es un delito grave y tiene sanciones severas.

Un llamado a la conciencia ambiental

Este caso pone en evidencia los riesgos que enfrentan los programas de reintroducción de especies. El yaguareté es el mayor felino de América y su presencia es vital para el equilibrio del ecosistema.

La desaparición de Acaí no solo representa una pérdida biológica, sino también un retroceso en los esfuerzos por recuperar la especie en Argentina.