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El cometa 3I/Atlas, visitante interestelar que surca nuestro Sistema Solar en una trayectoria y comportamiento nunca antes vistos, está generando un auténtico estado de alerta entre la comunidad científica internacional.
El motivo central de esta preocupación recae en una fecha clave: el próximo 29 de octubre, momento en que el cometa alcanzará su perihelio, es decir, el punto de máxima aproximación al Sol, situándose a unos 210 millones de kilómetros de nuestra estrella y disparando numerosas interrogantes sobre su origen y naturaleza.
3I/Atlas: ¿por qué el 29 de octubre es crucial?
Ese día, 3I/Atlas vivirá cambios radicales en su actividad física y química debido a la exposición solar, permitiendo que sus emisiones de gas y polvo se intensifiquen y posiblemente revelen pistas sobre su composición. Será entonces cuando los telescopios terrestres y espaciales buscarán signos claros para definir si se trata de un cometa convencional o de un cuerpo con peculiaridades aún más misteriosas.
Expertos como el astrofísico Avi Loeb, de la Universidad de Harvard, afirman que este perihelio podría traer respuestas a las anomalías que han desconcertado a los investigadores. La expectativa no es solo científica: los días previos han visto filtraciones, debate y hasta advertencias humorísticas del propio Loeb sobre "tomarse vacaciones" antes de la fecha clave, reflejando la tensión y el interés global.
Últimas novedades y anomalías
En la última semana, el fenómeno ha sumado nuevos elementos de desconcierto. Observatorios han informado que 3I/Atlas está emitiendo una señal de radio débil, descrita como un pulso enigmático con desplazamiento Doppler que coincide con la trayectoria del cometa.
Este comportamiento ha desconcertado a analistas como Marina Sato (Instituto Nacional de Radioastronomía de Japón) y Adam Kowalski (Observatorio Lowell, Estados Unidos), quienes han documentado la persistencia del patrón y descartan errores simples de equipo. Aunque muchos expertos -incluyendo al físico teórico Samuel Hartmann, de la Universidad Humboldt de Berlín- siguen considerando que la causa podría ser natural, la secuencia regular de estas ondas de radio estimula hipótesis atrevidas: ¿está el cometa "respondiendo" a los radares terrestres o podría transmitir información de origen desconocido?
Como medida de contingencia, la NASA ha activado herramientas de monitoreo y defensa, aunque descarta de momento riesgos para la Tierra.
Características del cometa misterioso
3I/Atlas posee un núcleo estimado en más de 5 kilómetros y una masa que podría superar los 33.000 millones de toneladas, desplazándose por el sistema solar a velocidades de hasta 210.000 km/h. Su origen, aún incierto, se sitúa fuera del sistema solar y podría arrojar luz sobre procesos astrofísicos exóticos. La comunidad internacional observa de cerca su evolución: telescopios españoles han detectado cambios en la cola y pérdida de masa de millones de toneladas solo en los últimos meses.
Hasta ahora, 3I/Atlas desafía casi todos los modelos conocidos: su actividad gaseosa, la emisión de señales y las alteraciones de su brillo lo ubican como un objeto único. La fecha clave del 29 de octubre será el momento en que la ciencia mundial pueda confirmar si nos enfrentamos a un cometa "extraño" o a un fenómeno interestelar de mayor trascendencia. En cualquier caso, el desafío está lanzado y los ojos de la ciencia seguirán atentos, esperando que esta jornada arroje respuestas y, por qué no, nuevas preguntas revolucionarias.












