Cada persona tiene su estilo a la hora de dormir: boca arriba, de costado o boca abajo. Pero más allá de las preferencias, no todas las posiciones son iguales para la salud.
Médicos especialistas en sueño, columna y sistema respiratorio coinciden en que algunas posturas pueden ser muy beneficiosas y otras todo lo contrario.
Y aunque suene curioso, incluso la NASA tiene algo que decir al respecto. En los años 70, la agencia espacial estadounidense analizó cómo se comportaba el cuerpo humano en condiciones de ingravidez y descubrió una posición natural sin tensiones musculares ni articulares.
A esta postura se la conoce como posición de gravedad cero, y hoy es recomendada por médicos para dormir mejor.
¿En qué consiste la posición de gravedad cero?
Se trata de recostarse boca arriba, con la cabeza y las piernas ligeramente elevadas por encima del nivel del corazón, generando una alineación neutra de la columna vertebral. Es una forma de distribuir el peso corporal de manera equilibrada, disminuyendo la presión sobre los músculos y las articulaciones.
Esta posición no solo mejora la calidad del descanso, sino que también tiene efectos positivos comprobados en la salud.
Beneficios de dormir como un astronauta
Dormir en la postura de gravedad cero puede tener múltiples beneficios, entre ellos:
- Menos presión en la columna y el cuello: al elevar el torso y las piernas, se alivian tensiones y se reduce el dolor lumbar y cervical.
- Mejora de la circulación: favorece el retorno venoso, reduciendo hinchazón en piernas y pies.
- Prevención del reflujo gástrico: al mantener el tronco elevado, se evita que los ácidos del estómago suban hacia el esófago.
- Menos ronquidos y apnea del sueño: una leve inclinación de la cabeza ayuda a mantener las vías respiratorias abiertas.
- Beneficios cardíacos: con las piernas elevadas, el corazón trabaja con menos esfuerzo para bombear sangre.
- Recuperación muscular más rápida: ideal para deportistas o personas activas, ya que mejora la oxigenación y elimina toxinas.
Los especialistas coinciden: dormir boca abajo es la opción menos saludable. Esta postura obliga al cuello a girar de forma antinatural durante horas, lo que puede causar dolores cervicales, contracturas, tendinitis e incluso problemas digestivos y circulatorios.
¿Dormir de costado? También tiene ventajas
La posición fetal o de medio lado es otra de las más recomendadas. Con las rodillas y caderas ligeramente flexionadas, esta postura favorece la alineación de la columna y reduce la presión en la espalda. Para mejorarla aún más, podés usar:
Una almohada entre las piernas, que ayuda a estabilizar la cadera.
Otra detrás de la espalda, que impide que te des vuelta durante la noche.
Un truco casero: colocar una pelota de tenis en el pijama para evitar inconscientemente cambiar de posición.
Aunque al principio pueda parecer difícil modificar la manera en que dormimos, es posible reentrenar al cuerpo con constancia y pequeños ajustes. Usar una almohada especial o una cama reclinable puede ayudarte a adoptar nuevas posiciones más saludables.
Y si bien cada cuerpo es diferente, adoptar una postura adecuada puede mejorar tu descanso, aliviar molestias físicas y proteger tu salud a largo plazo.