Diferentes países se encuentran en estado de alerta de tsunami, tras el histórico terremoto ocurrido en Rusia. En consecuencia, iniciaron planes de evacuación en las localidades costeras y se esperan olas que pueden superar los tres metros de dimensión.
En Chile, el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) declaró amenaza para toda la costa del territorio, principalmente las regiones de Arica y Parinacota y Magallanes.
En este marco, surge la incertidumbre de si estas catástrofes naturales podrían llegar a Argentina y cuáles son las regiones que corren más riesgo.
¿Existen riesgos de tsunami en Argentina?
En los últimos días, surgió una alerta científica sobre la posibilidad de maremotos en el extremo sur del país. La advertencia se conoció a partir de estudios del geólogo Jorge Rabassa, investigador superior del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC-CONICET).
Allí, el experto analizó la actividad sísmica en Tierra del Fuego, una de las zonas que correría más riesgo del país.
¿Puede haber un tsunami en Argentina?
La mayoría de los tsunamis se generan cuando se produce un terremoto en zonas costeras. Esto ocurre por el movimiento de placas tectónicas que liberan energía de forma repentina, generando ondas sísmicas que se transmiten a través del agua.
En Argentina, no hay antecedentes de la posibilidad de un tsunami, sin embargo, existen zonas propensas a terremotos, como San Juan, Mendoza y Tierra del Fuego, por su cercanía a fallas geológicas como la Falla de Magallanes.
Según Federico Isla, investigador del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMyC - CONICET, UNMDP), la probabilidad de que un tsunami afecte las costas argentinas es baja.
Además, sostuvo que, en caso de producirse, su magnitud sería mucho menor en comparación con los tsunamis del Pacífico.
¿Qué fenómenos podrían afectar a Argentina?
En las costas argentinas suele ser más frecuente y peligroso la aparición de sudestadas. Este evento meteorológico ocurre cuando vientos persistentes del sudeste empujan el agua del mar hacia la costa, provocando inundaciones.
Las sudestadas sí pueden preverse con antelación y existen medidas para mitigar sus efectos, como obras de defensa costera, alertas meteorológicas y evacuaciones preventivas.