La Argentina se ha vuelto un país más insular que nunca. Sus discusiones internas no trascienden .
La frase es de Jon Lee Anderson , periodista de “The New Yorker , una de las mejores revistas del mundo.
¿Le irrita la definición?
¿Le da un ataque de nacionalismo y le grita “yanquee, go home ?
Analicemos. ¿Qué debate local de los últimos tiempos merecería trascender nuestras fronteras?
¿La pelea por el Presupuesto, con puñetazo, denuncias de favores, ausencias inexplicables y acusaciones de cabaret con “madame incluida?
La honorable “ley de leyes -asentada en números en los cuales nadie cree- se transformó en un torneo de internas ,odios y cinismo.
¿Cuál es la medida de la discusión política en la Argentina cuando un “no sé de Carlos Reutemann se convierte en el tema central de los principales editoriales de un fin de semana?
¿Algún economista querrá profundizar sobre las definiciones del ministro Boudou y de Moyano sobre la inflación? (Reconozcamos que en este tema la suerte es esquiva: en la década del 70 un funcionario económico de la dictadura proclamó “la inflación ha muerto ).
¿Alguien deseará imitar el modelo de negocios de Aerolíneas que permite que un gremio no admita como ¡pasajeros! a miembros de otra agrupación enfrentada?
¿Acaso puedan despertar atracción (sí, perplejidad) los mails de Jaime?
¿Qué clase de política hay cuando casi no hay partidos políticos sino “espacios confusamente fragmentados y caudillismos?
La foto que hoy obtienen las encuestas reflejan un fortalecimiento de la presidente Cristina Kirshner y un retroceso de los opositores.
Las razones son varias. Pero hay una que me parece decisiva: el gobierno puede decir “esto es lo que hicimos y vamos a seguir haciendo .
Los opositores desperdiciaron 12 meses. No lograron diseñar una alternativa de liderazgo o de nuevas ideas. Siguen en la pasarela.
Y en el Congreso, salvo en algunas sesiones, estallaron sus contradicciones. La política argentina se ha llenado de robotizados e imprevisibles “transformers .
No son tantos , entre oficialismo y oposición, los que conservan un rostro humano donde se pueda detectar pensamiento, inteligencia y sensibilidad.
Las reuniones de CREA, Idea y FIEL posibilitaron charlas con hombres de derecha e izquierda de Europa y América Latina: Alejandro Toledo, Tabaré Vázquez, José María Aznar, Juan Fontaine (Ministro de Economía de Chile), Luis Da Silva (director del Banco Central de Brasil) y Fernando Lorenzo Estefan (Ministro de economía de Uruguay).
Desde ideologías distintas, destacaron los que consideran pilares insoslayables para el desarrollo: confianza (Aznar), rigor y políticas estratégicas (Estefan), desterrar la cultura de la queja (Vázquez), proyectos a 10 años y convocar a los grandes centros de investigación del mundo (Fontaine), crecimiento con inflación controlada (Da Silva).
Y en todos prevaleció, además, la necesidad de instalar en la sociedad una visión de futuro. No se escuchó la palabra “culpa .
Las energías se concentran en pensar los próximos 20 años para cada uno de sus países , en saber que lo urgente no puede aniquilar lo importante.
Si el 30 % de todas las inversiones mundiales en investigación y desarrollo se dirigen a Asia, es porque han sabido proyectar un futuro creíble.
Como dice Felipe González , “los asiáticos han sabido construir un estado de ánimo con liderazgo político .
Es lo que nos falta recrear en la Argentina del crecimiento.
La llamada dirigencia tendrá que dejar de mirarse al espejo , y despojarse de las sobornables mediocridades y sus inconsistencias intelectuales.
Alec Oxenford cuenta una experiencia. Le pidió a estudiantes universitarios argentinos que mencionaron los 5 empresarios más exitosos del país.
“Pocos - relata- llegaron a completar la lista.Y el ganador fue Tinelli .
Nadie duda del suceso de Marcelo, pero la encuesta da para reflexionar. Realizada en los Estados Unidos, el podio fue para Mark Zuckerberg , Steve Jobs y Bill Gates.
No es casual. Elegir los atajos del momento remite siempre al pasado equivocado.