La historia de la venta de la línea aérea Southern Winds (SW) sigue sumando malos entendidos. Mientras en el sector aerocomercial ya se hablaba oficialmente sobre el empresario hotelero Horacio Rozemblum como el nuevo propietario de la empresa fundada por Juan Maggio, ayer, David Esquivel, el abogado que el ultimo viernes firmó el contrato de compra, intentó poner algo de claridad sobre ese tema. “Rozemblum fue sólo la persona que ofició de gestor para acercar las partes, pero no es el comprador , aseguró.
Fuentes cercanas a la operación, aseguraron que el holding que tomaría el control del 100% del paquete accionario de SW, siempre y cuando el resultado del due diligence (auditoría) que harán sobre los números de la compañía sea satisfactorio, está integrado por una línea aérea estadounidense y una europea, que operan en sus países de origen pero no en la Argentina, y dos fondos de inversión extranjeros. La fuente se escudó en una cláusula de confidencialidad para no revelar la identidad de los futuros propietarios de la aerolínea, que tiene una deuda de 60 millones de dólares y en donde Maggio tiene el 67% del paquete. El grupo italiano Volare posee el 30,1% y el empresario Miguel Cartasso Naveira el restante 2,9 por ciento.
Otros allegados a los compradores revelaron que Rozemblum podría transformarse en el socio local del holding extranjero, para cumplir –como ocurrió en marzo con LAN– con el requisito que exige la Ley Aerocomercial, que especifica que, por lo menos, el 51% de una empresa nacional tiene que estar en manos de un argentino. Mientras tanto, los 950 empleados de SW siguen en huelga a la espera de cobrar hoy el sueldo de junio, que suma unos $ 2,6 millones. Aunque nadie lo confirma, se especula que, por este mes, el dinero saldrá de las arcas de la Secretaria de Transporte.
En picada
En septiembre de 2003, SW fue auxiliada por el Estado, que se hizo cargo del 50% del costo de la operación. Como contrapartida, la firma le daba trabajo al personal de las desaparecidas Dinar y LAPA. Tras el escándalo de las narcovalijas, entró en concurso de acreedores y el Estado le quitó su cooperación. A partir de allí, SW acordó con la chilena LAN, para poder garantizar, gracias a un aporte de capital, la continuidad del personal. El trato duró 90 días y venció hace un mes.