Cada vez son menos los inversores que pueden jactarse de no haber recibido siquiera un rasguño. El número de heridos de la crisis financiera internacional se agiganta a diario y nunca se sabe por dónde vendrá la próxima razia. De ahí que aun quienes optaron por volcarse a activos no tan tradicionales –hoy beneficiados– se reconocen no tan exigentes con sus gestores de fondos en lo que respecta a la rentabilidad. En tiempos complicados, los inversores no piden sólo resultados, sino que son más demandantes que nunca de información: quieren estar al tanto de cuanto movimiento se realiza y, por sobre todo, buscan que se les garantice un cumplimiento mayor de los procesos de administración de riesgos. Está claro, si se va a perder plata, al menos que no sea por incompetencia.
Una encuesta global llevada a cabo por PricewaterhouseCoopers entre 226 inversores institucionales y proveedores de inversiones alternativas, entre las cuales se incluyen hedge funds, fondos de private equity y todas aquellas relacionadas con commodities y real estate, es elocuente: a la hora de decidir si retienen o no a los administradores de sus inversiones alternativas, los inversores consideran la transparencia (41%) y la gestión de riesgos (40%) tan importantes como el rendimiento (40%).
“Esta es una señal de que la co
mplejización de los mercados de capitales y de los instrumentos financieros que se dio en los años ‘90 tiene un límite. Los inversores están exigiendo volver a esquemas de inversión o a instrumentos más simples. Cuando se compraba productos estructurados con hipotecas subprime nadie sabía bien en qué invertía y, como sucedió en EE.UU., se generaron burbujas de valor que no tenían que ver con la economía real , señaló Javier Casas Rúa, socio de Servicios Financieros de PricewaterhouseCoopers, para quien “después del credit crunch que impactó en una cantidad de instrumentos financieros, va a haber una demanda de mayor regulación y mejor administración de riesgos .
En tal sentido, los responsables de inversiones alternativas están en la mira. En el último tiempo, productos como hedge funds, commodities o algunos segmentos de real estate canalizaron grandes flujos de fondos de inversores que huían de activos financieros tradicionales arrasados por el fenómeno subprime. Sin embargo, prácticamente ninguna de estos instrumentos había tenido hasta entonces el desarrollo o el marco normativo acorde a semejante volumen de negocios.
Lo que es evidente a la luz de las encuestas, sin embargo, no parece tan obvio para los propios involucrados. Pese a que la infraestructura operativa y la calidad de la dirección son factores clave para los inversores a medida que los rendimientos comienzan a flaquear, más de la mitad (53%) de los gestores de inversiones alternativas reconocieron todavía no haber modificado sus políticas de administración de riesgos.
Pero el sondeo de PricewaterhouseCoopers revela que existe una marcada brecha entre la percepción que los inversores tienen de sus gestores de inversiones alternativas con la imagen que ellos tienen de sí mismos. Las firmas de inversión, por caso, creen en gran parte que son buenas administrando riesgos, y se califican como “eficientes en la contabilidad y presentación de información financiera de las transacciones (67%) y en las políticas de protección contra fraudes (65%). Mientras que sólo un 18% de los inversores de hedge funds cree que las políticas de valuación son efectivas y sólo un 16% considera que la seguridad de la tecnología de la información es buena.
“Esta es la paradoja , advierte Casas Rúa. “Si ellos quieren seguir atrayendo inversores, tendrán que adaptarse y hacer cambios .