Otra temporada de beneficios de los bancos, y otra ronda de airadas reacciones contra los bonus después de que entidades como Goldman Sachs, JPMorgan Chase y Credit Suisse comunicaran ganancias extraordinarias.

Pese a la habitual desaceleración estacional debida al período de vacaciones, los 13 principales bancos de inversión globales obtuvieron ingresos netos por valor de u$s 73.000 millones en el tercer trimestre, según un informe de analistas de Morgan Stanley.

Esto supone un descenso de sólo 4% con respecto al segundo trimestre de este año. Además, refleja que los niveles récord de las actividades de financiación corporativa compensan de sobra un mercado de fusiones y adquisiciones inactivo y un mediocre apetito por el crédito sindicado.

Los bancos, que comprenden que es poco adecuado jactarse de unos resultados récord después del primer semestre a menos de 12 meses de que el sistema financiero global estuviera al borde del colapso, parecen prestar más atención a la ira pública por sus remuneraciones. Pocos de ellos se han opuesto en público a los esfuerzos cada vez más intrusivos de los reguladores para reformar sus sistemas de compensaciones, que obligan a los empleados a cobrar una mayor parte de sus bonus en acciones y establecen una relación más estrecha entre los pagos y los resultados a largo plazo.

Goldman, que fue centro de una serie de revelaciones en los últimos meses, ha considerado realizar una donación de u$s 1.000 millones a finales de año para mitigar el enojo por el hecho de que pretende pagar un promedio de u$s 650.000 a cada uno de sus 30.000 empleados, igualando sus bonus de 2007.

Para la opinión pública, los bancos de inversión parecen estar beneficiándose de una cultura del “cara yo gano, ceca tu pierdes , sin importar el daño causado por las enormes apuestas que realizaron en pleno boom crediticio.

Lo que los resultados siguen reflejando, sin embargo, son los beneficios que pueden obtenerse centrándose en el denominado negocio de los flujos, o sea la venta y comercialización de productos simples como renta fija y divisas extranjeras por encargo de los clientes, en lugar de encarar la negociación con capital propio, de mayor riesgo.

Según Huw Van Steenis, analista de Morgan Stanley, los “monstruos de los flujos como los europeos Deutsche Bank, Credit Suisse y Barclays Capital se han convertido en algunos de los principales triunfadores tras la crisis. En EE.UU., han sido Goldman y JPMorgan los que se beneficiaron con los flujos. “Ante un clima regulador más estricto, mayores exigencias de capital e incertidumbre en los mercados, la escala y la eficiencia en el flujo de clientes es la respuesta estratégica adecuada , comentó Van Steenis.

Las operaciones de renta fija, divisas y materias primas (FICC, por la sigla en inglés) de los bancos siguen siendo los motores clave de ingresos, ya que representan más de la mitad de las ganancias en ocho de los 13 principales bancos de inversión. Además, los datos de amortizaciones sobre propiedades comerciales y créditos incobrables tampoco han sido tan malos como muchos analistas habían previsto.