CGC, la Compañía General de Combustibles, está de regreso. Tras cinco años críticos, en los que atravesó el default de su deuda de u$s 450 millones, un complejo concurso de acreedores y un recambio del accionista controlante, la ex petrolera de Santiago Soldati –ahora manejada en un 81% por Explore, una sociedad de Southern Cross, el fondo de Norberto Morita– busca resurgir de sus cenizas.
Diego Garzón Duarte, el gerente General de CGC, fue el piloto de tormenta desde 2000. Ratificado en su cargo –como el resto del management–, ahora conduce una CGC “saneada, con un accionista que respalda la expansión y un modelo de negocios con el que apuntamos a duplicar los volúmenes de producción para 2010 , le dijo a El Cronista, en la primera entrevista que concede en años.
El ejecutivo fue testigo directo de los inicios de CGC en la producción de hidrocarburos, con la desregulación petrolera de los ’90, de su apogeo –llegó a producir 16.000 barriles diarios de crudo y 1,5 millón de metros cúbicos de gas, dio a luz a la cadena Eg3 y sumó activos en distribución y transporte de gas– y de su caída libre.
CGC entró en default en abril de 1999, y en septiembre de 2000 se presentó en concurso. “Cargábamos con el peso de que las únicas petroleras que perdían plata eran YPF y CGC , recuerda Garzón Duarte.
Pero a mediados de 2001, la empresa vio una luz de salida. “El precio del crudo ayudó a parar la sangría de las pérdidas. Empezamos a tener generación de caja positiva, y la curva comenzó a revertirse , agrega.
En 2002, la petrolera vendió el área ecuatoriana Santa Elena y comenzó a producir crudo para PdVSA en el bloque Onado (Venezuela), en el que controla el 65%. Hoy esa área aporta casi el 50% de los 10.000 barriles/día de crudo que produce CGC.
“Nos dimos cuenta de que, para crecer, debíamos agregar valor mediante el rol de operadores , señala el ejecutivo. A principios de 2003, Southern Cross vio en CGC una buena oportunidad de compra. Morita empezó a hablar con los acreedores, negoció una propuesta concursal, que se aprobó, saldó todo el pasivo –excepto $ 70 millones con el Nación, que no estaban en el concurso– y Southern Cross tomó el control de CGC.
Nacido en Estados Unidos
Ahora, sin el peso de la deuda, la petrolera se alista para crecer. Presidida por Ricardo Rodríguez, un socio de Morita en Southern Cross, decidió aplicar un modelo de negocios probado en Estados Unidos y Canadá: el de las Independent Oil & Gas Company, que en esos mercados desarrollan 5.000 petroleras y que hizo fuertes a las estadounidenses Vintage Oil y Pioneer, que operan en la Argentina.
“Dejamos atrás el modelo de la petrolera integrada para centrarnos en la exploración y producción , apunta Garzón Duarte. Hoy CGC participa en 14 áreas, de las cuales opera diez. Las más grandes son Onado y las locales Santa Cruz I y Campamento El Martillo, en la Cuenca Austral. Además, posee activos en el NOA. Y en Ecuador controla el Bloque 23, que desde 2002 está frenado, por la oposición de comunidades indígenas.
“Apuntamos a crear valor vía la operación de áreas marginales, con producciones potenciales de hasta 10.000 barriles/día, que para CGC serían su proyecto más importante, y para petroleras como Repsol YPF, Petrobras o Chevron pueden no ser estratégicas , señala.
La apuesta es replicar el modelo de Onado, o el de exploración que desarrollaron en Campamento El Martillo, asociados a Petrobras. “Allí invertimos en sísmica e hicimos cinco pozos, en los que obtuvimos tres hallazgos. A cambio, nos quedamos con el 50% del área .
Ahora, CGC promete revisar las oportunidades que se presenten en las Cuencas Austral y Neuquina, y estar atenta a las que surjan en Venezuela y Ecuador. “Buscamos sumar participaciones del 40% al 50%. La clave es que seamos operadores , recalca Garzón Duarte.
Otra pata del crecimiento será la exploración. “Tenemos más vocación de explorar que de comprar reservas, porque con los actuales precios del crudo, hasta las áreas marginales tienen valores altos , explica.
El plan de negocios prevé, hasta 2010, desarrollar tres o cuatro proyectos similares a Campamento El Martillo. “Deberíamos invertir u$s 20 millones en exploración pura. Si somos exitosos, GCC podría duplicar su producción actual , concluye.