En los últimos días han surgido señales de que se están calmando los mercados de dinero globales, pero sigue siendo poco claro si los miles de millones de dólares que se destinarán a los rescates financieros en todo el mundo podrán destrabar suficiente crédito para cumplir con las necesidades de financiación que tendrán los bancos y las corporaciones en los meses venideros.
Solo las empresas estadounidenses enfrentarán necesidades de refinanciación por casi u$s 800.000 millones antes de fines de 2009, estima en Standard & Poor’s.
La quiebra de Lehman Brothers disparó una reacción en cadena en el sistema financiero global que culminó en la desaparición del crédito. Durante gran parte de las últimas semanas, los bancos se negaron a otorgarse préstamos entre sí, y mucho menos a las empresas, independientemente del perfil de riesgo.
Si bien el acceso a los mercados de crédito mejoró en la última semana, la deuda será significativamente más cara que antes. Los inversores han sufrido enormes pérdidas en sus carteras de bonos –algo raro para el crédito con grado de inversión que supuestamente es seguro– y siguen reacios a asumir riesgo a menos que vean que está totalmente compensado por un rendimiento superior.
La semana pasada, el estado de California logró recaudar u$s 5.000 millones, pero solamente atrajo a los inversores minoristas con un rendimiento de 4,25% para deuda con vencimiento en junio del año próximo. Esto se compara con el rendimiento de los bonos del gobierno a diez años que en este momento se ubica a menos de 4%.
A principios de este mes, IBM, que ostenta una elevada calificación de grado de inversión, recurrió al mercado de bonos corporativos por u$s 4.000 millones, pero tuvo que ofrecer rendimientos superiores a 8% para obtener financiación de largo plazo, un spread de 400 puntos básicos sobre la deuda del Tesoro comparable.
El mercado estadounidense está en mejores condiciones que el europeo principalmente porque los emisores se mostraron más preparados para aceptar precios más altos y los compradores de bonos respondieron más rápido a las cambiantes condiciones del mercado.
En Europa, hay demanda para empresas bien calificadas de sectores defensivos, como la reciente emisión de Gaz de France, pero es más difícil para las firmas con notas bajas.
Los rescates de los bancos globales aliviaron parte de la presión en los mercados de dinero. “Las cosas definitivamente están mejor dijo Brian Yelvington, analista macro de Credit-Sight. “Pero el mercado corporativo va a tardar más en descongelarse. Esta semana hay algo proyectado, entre u$s 6.000 y u$s 8.000 millones, que dependerá de cómo continúen las tendencias en los mercados de dinero .
La tasa Libor se mantiene todavía por encima del nivel de 2,81% anterior a la quiebra de Lehman, y eso no refleja aún el reciente recorte de tasa de 50 puntos básicos, aplicado por la Reserva Federal.
Si bien ayer se vieron ciertas compras, el interés por la deuda nueva de largo plazo sigue siendo escaso, cuando los bancos, hedge funds y otros inversores venden bonos para satisfacer rescates y necesidades de capital.
Las compañías con calificación crediticia inferior a grado de inversión serán las que más sufrirán. La persistente escasez de crédito frente a la desaceleración de la economía dará origen a un incremento en los incumplimientos en algún momento del año próximo. Según John Lonski, economista jefe de Moody’s Capital Markets Group, los actuales niveles del mercado son indicadores de que la tasa de default será al menos de 15,4%, el nivel alcanzado durante la Gran Depresión.