En la carta enviada ayer a Granma, el periódico del partido del Partido Comunista de Cuba, Fidel Castro anunció que su principal deber es preparar al pueblo cubano para su partida final, aunque también indicó que continuará leyendo y escribiendo sobre acontecimientos políticos.
Ahora la cuestión crucial es a quién nombrará la Asamblea en la reunión del domingo para ocupar el lugar de Castro y qué importancia tendrán sus opiniones escritas (tituladas “Reflexiones del compañero Fidel), cuando el nuevo gobierno se enfrente a los serios desafíos políticos y económicos.
“Fidel podría desempeñar el papel de un gurú ideológico , dijo David Jessop, director ejecutivo del Consejo del Caribe con sede en Londres.
La prosperidad económica de Cuba creció en los últimos años como resultado de los aumentos en los precios de los commodities y el gran apoyo recibido de parte de la Venezuela de Chávez.
Sin embargo, tanto los bienes de consumo masivo como algunos servicios básicos son escasos o de baja calidad.
Raúl Castro, presidente interino y el hombre al que casi todos señalan como sucesor permanente de Fidel Castro, lideró lo que, según los estándares cubanos, fue considerado un debate de gran alcance acerca de las causas de estas dificultades microeconómicas.
En este contexto, se habló tentativamente de reintroducir mercados agrícolas más abiertos, y el tema de otorgar más libertades a los agricultores tuvo especial importancia.
Nada de esto resulta particularmente sorprendente ya que, en su carácter de jefe de las Fuerzas Armadas (ampliamente vista como la más popular y efectiva de las instituciones cubanas), Raúl Castro es considerado una figura más pragmática y menos ideológica que su hermano mayor. En realidad, las Fuerzas Armadas tuvieron un rol importante en el desarrollo empresarial de Cuba en los últimos años, por ejemplo, los emprendimientos controlados por el Ejército fueron muy valiosos para el sector del turismo.
No está claro hasta qué punto Fidel Castro querría o podría oponerse incluso a estos limitados cambios. El hermano mayor permitió que algunas reformas de mercado tuvieran lugar cuando la caída de la Unión Soviética desencadenó un abrupto deterioro económico y amenazó la continuidad de la revolución. Pero Fidel siempre mostró desconfianza hacia el individualismo asociado con las reformas a favor de las empresas por creer que es incompatible con los principios socialistas del país. Desempeñó un papel prominente para detener las reformas (los últimos cambios importantes, por ejemplo los del sector bancario, tuvieron lugar en 1997) y, en algunos casos, para revertirlas.