Los británicos están respondiendo a la contracción del crédito con el autoabastecimiento típico de los años de austeridad de la posguerra. Se volvió a tejer, los jardineros están plantando zanahorias donde antes crecían crisantemos y nuevamente las cocinas huelen a comida casera.
Este revival comenzó hace dos o tres años en reacción contra el consumo financiado con deuda, aseguran los fanáticos. Pero la inminente recesión le dio nuevo impulso.
Suttons, una firma que comercializa semillas, notó que “mucha gente está reemplazando flores por verduras . La compañía estima que este año los jardineros aficionados compran 14% más de semillas de vegetales.
Lo que más se vende es zanahoria, que es fácil de cultivar, lo que indica que hay gente que se está armando una huertita. “La idea de que vienen tiempos difíciles sostiene esta tendencia .
“Las verduras están tan caras que la gente piensa: yo puedo cultivar mi propios vegetales , contó John Harrison, un experto en cultivos familiares. “Con una pequeña parcela de tierra bien aprovechada se pueden ahorrar hasta 1.500 euros en alimentos. Y eso sin incluir la actividad física que implica mantenerla, por lo que no es necesario pagar para ir al gimnasio.