Las relaciones económicas entre la Argentina y Brasil están sumando otro foco de conflicto. La generadora eléctrica brasileña Furnas y la filial en ese país del grupo franco-belgaTractebel quieren renegociar los contratos de importación de energía desde la Argentina, a 20 años de plazo, que ambas tienen firmados con la Companhia de Interconexão Energética (CIEN), una subsidiaria de la española Endesa, según publicó el diario brasileño Valor. Sucede que hoy están pagando por una energía que no reciben, debido a que el Gobierno argentino limitó las exportaciones para abastecer el aumento de la demanda local.

CIEN es la responsable de la operación, en el tramo brasileño, de las dos líneas de transporte eléctrico que interconectan a la Argentina y Brasil, y que Endesa inauguró en 2002, con una inversión de 750 millones de dólares. La contraparte argentina es la Comercializadora de Energía del Mercosur (Cemsa), también controlada por Endesa, de quien CIEN recibe la energía que vende a sus clientes en Brasil.

Para exportar al país vecino, las generadoras locales tienen firmados contratos con Cemsa de venta de potencia y energía. Por esos acuerdos, deben poner a disposición de sus clientes brasileños 2.000 MW de energía, aunque no se los pidan. Como hoy Brasil tiene generación suficiente, no importa electricidad. Por ende, no paga energía, pero las centrales locales siguen cobrando la potencia, un cargo fijo por el que garantizan la disponibilidad.

Pero, si el país vecino necesitara la energía, Endesa tampoco podría enviarla. Es que, por las condiciones en las que viene operando el sistema eléctrico argentino –que desde 2003 registra alzas de la demanda, con una oferta que en varias ocasiones funcionó al límite–, Energía viene implementando, desde el año pasado, medidas destinadas a garantizar, primero, el abastecimiento doméstico, para sólo después habilitar las exportaciones, tal como sucede con las ventas de gas a Chile.

Un negocio millonario

La pelea entre Furnas, Tractebel y CIEN involucra una suma de 45,5 millones de reales mensuales –que, al cambio de ayer, supone para Endesa un negocio anual de u$s 231,24 millones–, de los cuales 35 millones de reales son pagados por Furnas y 10,5 millones, por Tractebel.

Esa cifra corresponde al pago de un contrato de exportación por 1.000 Megawatts (MW) desde la Argentina a Brasil, y equivale al 50% de los 2.000 MW de energía eléctrica que, por diferentes acuerdos comerciales que firmó entre 2000 y 2002, Endesa se comprometió a tener disponibles durante 20 años, en caso de que así lo requieran los clientes de CIEN en Brasil.

Si bien Furnas y Tractebel tienen firmados esos contratos, nunca necesitaron reclamar el despacho completo de esa energía. Eso fue así porque, tras el fuerte racionamiento eléctrico dispuesto por el gobierno brasileño en 2001, la demanda se estabilizó, y hubo una sobreoferta de energía.

En abril pasado, ante un pedido expreso hecho por la Agencia Estatal de Energía Eléctrica (Aneel) de Brasil para importar energía desde la Argentina, para compensar la sequía que afectaba a los estados del Sur del país vecino, CIEN sólo consiguió abastecer con 168 MW a Furnas y con otros 72 MW a Tractebel.

Discusión entre gobiernos

Por eso, la negociación ahora está planteada a nivel de los gobiernos. La semana pasada, el secretario de Energía, Daniel Cameron, voló hasta Brasilia para entrevistarse con el ministro de Energía y Minas de Brasil, Silas Rondeau, y tratar de buscar soluciones al futuro de los contratos. Hoy será el turno del subsecretario de Energía Eléctrica, Bautista Marcheschi, quien viajará a la capital brasileña sólo para discutir este conflicto. En Brasil, CIEN le reconoció a Valor que “el tema está en discusión, pero requiere de un acuerdo entre los gobiernos .