El mercado bursátil de la India restó importancia al caos en el vecino Pakistán para alcanzar nuevos picos. Hay muchas señales que apuntan a una burbuja: en Bombay las noticias de negocios vienen de la bolsa y la gente que sabe poco del mercado se jacta de sus triunfos actuales y futuros. Sin embargo, las burbujas pueden seguir hasta que se incite a entrar al mercado a todos los potenciales candidatos y todavía hay muchos inversores del exterior que no han descubierto a la India y mucha gente en el país aún no ha descubierto la especulación financiera.
Por lo tanto, la bolsa todavía puede mantenerse por un tiempo, pero tarde o temprano estas burbujas se pinchan y ese será el momento de hacerse preguntas sobre la naturaleza y la sustentabilidad del crecimiento de la economía india.
El modelo más común de desarrollo económico es el que saca a la gente no capacitada del campo y la lleva a la industria. Este proceso eleva los salarios y la productividad agrícola simultáneamente. La trayectoria reciente de la India parece diferente. Los sectores que atraen la atención de Occidente –como IT y Finanzas, además de servicios empresariales– utilizan graduados universitarios.
Hay efecto derrame –ya que estos sectores y la gente que trabaja en ellos necesitan otros servicios– pero son menos directos. A medida que avanza la industrialización, una proporción cada vez mayor es para consumo local. Pero la capacidad de una economía de consumir sus propios servicios empresarios tiene un límite.
Esto no quiere decir que el rumbo del desarrollo de la India no funcionará. Pero es peculiar, y como depende de las exportaciones, puede no ser tan inmune a lo que ocurra en la economía mundial. Además, implica que, en mayor medida que en China, el desarrollo avanzará en las ciudades y dejará de lado al campo, donde persiste la pobreza. Esta divergencia tiene consecuencias políticas.