La capital de Emiratos rabes quiere convencer al mundo entero de que Atlantis Dubái va a transformar las ambiciones turísticas de su gobierno.
El complejo de 22 pisos ubicado en Palm Jumeirah, es el primero de seis desarrollos en la isla artificial y representa un punto de inflexión. Con sus 1.500 habitaciones se sumarán a la creciente variedad de hoteles, mientras que su parque acuático es el primero de una serie de centros temáticos de próxima generación que el gobierno espera que conviertan al emirato en el Orlando de Medio Oriente.
El turismo cumple una importante función en la diversificación de la economía de Dubái desde la década de los noventa.
Sin embargo, los escépticos se preguntan si el crecimiento podrá sostenerse, especialmente cuando algunos de los hoteles se quejan de los bajos niveles de ocupación este verano (boreal).
El sector ya representa el 18% de la economía, pero el gobierno quiere expandirlo aún más: apunta a duplicar para 2015 los 7 millones de turistas que ingresaron a Dubái el año pasado.