Los peronistas avezados aseguran que la definición de las autoridades formales de la Cámara de Diputados, uno de los temas en disputa en estos días postelectorales y precristinistas, se dará recién para finales de noviembre, una semana antes de la reunión preparatoria de la Cámara baja, fijada para el 5 de diciembre. El cálculo no evita que continúe la puja de intereses por heredar, principalmente, el cargo del matancero Alberto Balestrini, que pasará a ser desde fin de año el vicegobernador de Buenos Aires.
Hacia fines de la semana pasada, el avispero quedó revuelto luego de que trascendiera un encuentro entre Balestrini y Eduardo Fellner. El gobernador de Jujuy y diputado electo ha sido señalado como uno de los ternados para conducir Diputados, una cámara en la que hace falta mucha cintura política para no morir en el intento.
El paso posterior del jujeño por la Sala de Prensa de Diputados no hizo más que azuzar la sensación de que se estaba preparando su desembarco. Pero el propio Balestrini desmintió que hubiera algo de eso, cuando, antes de perderse por los pasillos del Parlamento, aclaró que su postura sigue siendo la misma de siempre: “la Presidencia de la Cámara debe ser para Buenos Aires, porque es el distrito que más diputados aporta .
Desde ya, Balestrini dejó en claro que cualquier decisión al respecto será resorte de Cristina Fernández. En el entorno del futuro jefe del Senado provincial y segundo de Daniel Scioli son más optimistas que en otros sectores del PJ bonaerense: creen que hacia fines de esta semana puede haber alguna novedad, al menos paraoficial.
En diálogo con El Cronista, empero, altas fuentes del bloque oficialista insistieron con que es demasiado prematuro el cronograma tentado. Y que tal premura responde a la ansiedad por capturar un sillón de importancia como se se supone lo es el de número uno de la cámara que representa los “intereses del pueblo . A diferencia del Senado, que según la fría letra constitucional defiende los intereses de las gobernaciones.
Hay sempiternas batallas internas entre los parlamentarios nacionales de Buenos Aires, pero una premisa común: que el sucesor de Balestrini salga del distrito. Lo piensan el propio vice en ciernes, el gobernador saliente, Felipe Solá, el eterno José María Díaz Bancalari, el también diputado electo Florencio Randazzo y el resto del pelotón de expectantes. Que está acotado por el simple hecho de que, por decisión de Kirchner, ha habido unos cuántos cambios en las listas de Diputados, en especial en la que llevó a 21 de ellos desde Buenos Aires hasta las bancas, según el escrutinio definitivo de las legislativas de octubre. Quién de ellos, u otros, será el elegido se sabrá, al fin, tras un simple de diálogo de dos.