Bernard sostiene que los ciudadanos de una democracia tienen el derecho a saber.Le explicamos que, en realidad, tienen derecho a la ignorancia. El conocimiento sólo produce complicidad y culpa. La ignorancia tiene cierta dignidad.

“Sí; Ministro . Jonathan Lynn y Anthony Jay.

¿Cuántos celulares hay en la Argentina? ¿50 millones (Indec), 48 millones (Telefónicas) o 36 millones (expertos)?

¿En el 2009, la economía creció 0,9% (Indec) o disminuyó el 2% (Bein)?

¿El índice de pobreza es del 8,3% (INDEC) o del 30% (consultoras)?

¿Los jóvenes que no estudian ni trabajan son 500.000 (Casaretto) o 300.000 (Sileoni)?

¿Los niveles de seguridad aumentaron o bajaron?

¿La inflación anual será del 6% (Presupuesto) o del 25% (economistas)?

¿La indigencia es del 3,5% (Indec) o del 12% (UCA)?

¿El año pasado, se perdieron 100.000 puestos de trabajo o 350.000 (CENDA)?

¿Aerolíneas se está “equilibrando o pierde u$s 1.200.000 por día?

¿Estamos en el mejor o el peor de los mundos?

En nuestro país, la realidad es un blanco móvil. Lo advertía Peter Hakin, presidente del Inter American Dialogue, al señalar: “Cuesta creer que una nación de la estatura de la Argentina mienta con sus estadísticas. Se observa como irresponsable e inmadura, busca más la oportunidad que la estrategia .

Cuando Raúl Alfonsín habló ante el Congreso de los Estados Unidos, Edward Kennedy comentó que lo que más le había impresionado del presidente argentino es su promesa de hacer un país creíble y previsible.

Hoy, la desconfianza en los números se ha transformado en nuestra propia Torre de Babel, donde las discusiones carecen cimientos.

Pero sería una error pensar que esta adicción a la inconsistencia matemática es patrimonio de un Gobierno.

Siempre ha contado con una entusiasta legión de políticos, sindicalistas y empresarios dispuestos a defenderla mientras dure el artificio patriótico.

No es casual que en el Congreso no funcionen las Comisiones Revisora de Cuentas, de Inteligencia y de Seguimiento del Anses. O que la Legislatura de la Ciudad consuma buena parte de sus energías repartiendo 33 comisiones entre 60 diputados.

Al parecer, el problema viene de

lejos.

En una carta a un estudiante de derecho, Juan Bautista Alberdi recomendaba a la dirigencia de su época estudiar matemáticas. “Es el mejor medio para educar nuestras cabezas en las prácticas del método, la lógica y el orden. Darían disciplina a nuestras facultades exaltadas y refrenarían los arrebatos de la imaginación .

Pero, quizás, el redactor de las “Bases , olvidó hacerse algunas preguntas: ¿y si nos gustara vivir en la irrealidad?, despreciar el largo plazo y convivir con la mentira mientras ésta sirva a nuestras ambiciones?

¿Y si nuestro destino no fuera la verdad sino zafar y ser “testimonial ?

¿Y si nos pareciéramos a Alec Baldwin cuando en “30 Rock confiesa: “Yo no miento , pero me encanta moldear la realidad .

Sería una lástima.

Me perdería de saber cuantas conspiraciones hubo en el período 1983-2010 , cuantas re-fundaciones del país, o de comprobar si Kirchner es perverso , Duhalde “padrino , Cobos traidor, Macri vago, Fernández fascista, Reutemann pusilánime y Carrió pitonisa.

El Bicentenario nos encontrará -por si acaso- con dos Tedeum.