La percepción del mercado parece en estos días bastante lejana a aquella imagen épica que mostró ayer el regreso de la Fragata Libertad. En la pelea que mantiene el Gobierno con los acreedores internacionales, los inversores descreen cada vez más de que pueda haber una solución favorable al país, y temen por un escenario que distaría mucho del entusiasmo que intentó reflejarse en el acto de ayer en Mar del Plata. No hay ninguna correlación entre lo que se ve en ese recibimiento y lo que está esperando el mercado, terminó por resumir ayer ante El Cronista el economista de uno de los grandes bancos de inversión de Estados Unidos.
El mercado ya está reflejando el escepticismo y hasta cierto temor con un desarme de posiciones sobre todos los activos locales. Esto explicó que ayer, por ejemplo, el dólar que pagan los inversores para fugar divisas de la Argentina a través del mercado (el llamado contado con liqui) volviera a subir otros siete centavos y quedara en los $ 7,11, por primera vez por encima del blue (el que se vende en las cuevas). En la misma sintonía, los seguros que demandan los inversores para protegerse de un posible default argentino avanzaron otros 90 puntos básicos, con lo que acumularon un avance de más de 300 puntos básicos en sólo tres días (cerraron en 1.657) y el riesgo país se disparó 378 unidades, para volver perforar la zona de los 1.000 pb. Producto de la mayor demanda para realizar la operación de contado con liquidación, ayer se reflejó una leve suba, cercana al 2%, en los bonos locales nominados en dólares.
Si bien no creo que sea un ajuste, el mercado está corrigiendo un poco, tras la fuerte suba de los títulos. Y lo que es cierto es que hoy por hoy las valuaciones ofrecen menos margen para una suba de precios que para una baja, y que la incertudmbre se mantiene elevada en relación a éstas, comentó a este diario el estratega de Barclays, Sebastián Vargas.
Ya son cuatro, al menos, las grandes entidades financieras internacionales que recomendaron a sus inversores deshacerse de los títulos argentinos por el desenlace que podría tener el litigio con los holdouts: el suizo UBS, y los estadounidenses Citibank, JP Morgan y Bank of America. Esta misma decepción se percibió el lunes, por ejemplo, durante el seminario que realizó en Nueva York la asociación que nuclea a los inversores de mercados emergentes (la Emerging Market Trade Association) para abordar las últimas novedades sobre la deuda argentina.
Los analistas presumen que, al menos por ahora, no parece haber una luz al final del túnel. Y eso explica que el simple avance del tiempo hacia la fecha considerada clave el 27 de febrero próximo, cuando la Justicia estadounidense debe definir el caso genere simultáneamente un miedo cada vez mayor. Ninguno de los escenarios está descontado, a pesar de la euforia que mostró el Gobierno argentino luego de que la corte de apelaciones decidiera postergar la decisión. Y es la incertidumbre, con la fecha más próxima, lo que empieza a hacer estragos.
Un informe de UBS consideró que la decisión del Tribunal de Apelaciones es muy imprevisible, pero que aún así Argentina podría volver a quedar tambaleando al borde de un default técnico. El JPMorgan ya había advertido este lunes que no estaba convencido de que pudiera materializarse un resultado favorable. Y el Bank of America alertó por riesgos legales, a la espera de los argumentos orales del próximo 27 de febrero.