Este jueves el Indec dará a conocer el IPC de diciembre. "Si asumimos una inflación de 95% acumulada entre los meses de diciembre y febrero (30% diciembre, 25% enero y 18% febrero) el tipo de cambio oficial a precios de hoy se ubicaría en $ 580 aproximadamente para fines de enero y en $500 para fines de febrero", advierte un informe de IEB. Si bien el tipo de cambio está sirviendo como ancla nominal al decidir realizar un crawling peg de solo 2% mensual, con las tasas de intereses en torno al 8% genera incentivos para liquidar las exportaciones y posicionarse en pesos. El problema, según detalla el research, surge por la pérdida de competitividad que sufre el tipo de cambio frente a la alta inflación que se espera para los próximos meses, lo que genera dudas sobre la sostenibilidad de esta política y la posibilidad de que la autoridad monetaria acelere el ritmo de devaluación diario. O, al menos, realice otro salto discreto del tipo de cambio más adelante, poniendo en riesgo la estabilización de la nominalidad. En el frente cambiario, a partir del salto del dólar oficial se observa una tendencia muy favorable, con el BCRA recomponiendo reservas a razón de u$s 200 millones diarios en promedio a través del MULC. "Sin embargo, no está claro cuánto puede llegar a durar este ciclo dado que posiblemente la demanda de dólares por el lado de las importaciones aumente en las próximas semanas, mientras que el atraso que se espera que sufra el tipo de cambio oficial con una inflación que se prevé sea muy elevada en los próximos meses, disminuya los incentivos a liquidar exportaciones", precisan en IEB. Este atraso en el tipo de cambio oficial puede generar una mayor demanda por los dólares financieros si los datos de inflación se ubican por arriba de lo esperado. Todo esto en un contexto de tasas muy bajas que facilitaría una mayor presión cambiaria. "De hecho, el stock de plazos fijos en pesos del sector privado cayó 21,2% en términos reales en diciembre, asumiendo una inflación de 27%, muy por debajo de la estacionalidad, reflejo de la licuación de pasivos en pesos del BCRA", revelan los analistas de la consultora 1816. Los pasivos del BCRA subieron apenas 14,6% en términos nominales en diciembre, licuándose fuerte contra la inflación, pero no tanto en dólares. "Para que vuelvan a mínimos del 20 de octubre, el CCL debería subir a $ 1300. La devaluación del 13 de diciembre inició rápido un ajuste de precios relativos, pero el país no está más cerca de la dolarización, objetivo explícito de la política económica del Gobierno". "Para dolarizar hace falta achicar los pasivos del BCRA medidos en dólares, no solo que caigan en términos reales, aunque la suba del tipo de cambio no tiene por qué ser inmediata (y en el mientras tanto los pesos crecen a tasa nominales muy bajas)", indican el research de 1816. Si el Gobierno eventualmente decide proceder con la dolarización y el cierre del Central, difícilmente pueda lograrlo sin un nuevo salto del dólar, que implicaría una nueva aceleración de la nominalidad aún si la misma se estabilizara en los meses próximos. El traspaso de $ 2,5 billones de deuda del BCRA al Tesoro facilita en el margen el cierre del Central, pero no disminuye la vulnerabilidad de la macro si se dolariza (gran parte de la nueva deuda, que llevaron los bancos, son letras a un mes). Aumentos de tarifas y nuevas subas de combustibles aceleran el sinceramiento de precios relativos y habrá que estar atento a la dinámica de precios en las semanas posteriores al ajuste: "Mientras más inercia haya, menos creíble es el ancla cambiaria del crawling peg al 2%, más allá de la confianza en el ajuste fiscal", concluyen los analistas de la consultora 1816.