El analista de mercado y gurú de la City, Salvador Di Stefano, tildó al nuevo dólar turista como un capítulo más de la "sucesión de fracasos" en el esquema de restricciones cambiarias.
"El nuevo dólar turista viene de la mano de una sucesión de fracasos como lo que se anunció hoy (por ayer martes) con la posibilidad de que las pymes que importen accedan a U$S 50.000, que nos les alcanza ni para un pancho ni para una Coca", cruzó el titular de la consultora que también lleva su nombre en diálogo con LN+.
De acuerdo a estimaciones privadas, la medida estará focalizada en ofrecer un mejor tipo de cambio a los turistas extranjeros a fin de que retraer el mercado paralelo o blue.
En esta línea, fue el propio ministro de Economía, Sergio Massa, quien insistió el martes en que lo que se busca es "mejorar el rendimiento económico que representa el turismo receptivo".
"Lo que se busca es que todo turista que gaste con tarjeta en la República Argentina pueda acceder a un dólar no de $ 160, sino a una cotización en torno al financiero, de $ 320 aproximadamente", definió el consultor económico Manuel Adorni, y sobre el cual Di Stefano adhirió.
El escenario, además sumó en octubre una nueva revalidación del factor de presión que termina impulsando la necesidad de recepcionar dólares frescos: las reservas del Banco Central terminaron el décimo mes del año en U$S 38.673 millones, mientras que, en septiembre, con el dólar Soja, habían arribado a U$S 37.621 millones.
"A este ritmo y sin hacer ningún tipo de emisión, terminamos el año con pasivos monetarios por encima de los $ 14,0 billones. La gran incógnita es en qué nivel terminarían las reservas, ya que la demanda de dólares para pagar importaciones y deuda privada es elevada, y la llegada de dólares frescos genera muchas dudas", alertó el gurú de la City en redes sociales