El próximo gobierno podría emitir bonos bajo ley extranjera para pagar el arreglo con los holdouts y para cubrir el déficit fiscal un monto suficiente para incrementar su peso en el índice de deuda emergente desde el 1,5% actual hasta un 5%. Pero el temor de los fondos compradores de esa deuda es que se produzca una sobreoferta de bonos argentinos, que dificulte desprenderse de ellos en el futuro y, por lo tanto, reduzca la compresión de tasas de fondeo esperada si se solucionaran los problemas pendientes de la economía.
Según cálculos de Puente, Argentina podría emitir unos u$s 23 mil millones bajo ley extranjera (de los países del G7), si paga el reclamo completo de los holdouts por unos u$s 18 mil millones y otros u$s 5 mil millones para financiar parte del déficit fiscal (fundamentalmente, vencimientos de intereses y deuda e importaciones de energía).
Esta emisión nueva de deuda en dólares podría hacer saltar al 4,5% a Argentina en el índice de deuda emergente hacia 2017. Hoy Argentina llega al 1,5% del índice emergente, compuesto por el stock de bonos Global, Par y Discount.
Un informe de Balanz Capital coincide, al estimar que el próximo gobierno podría emitir u$s 25 mil millones -u$s 15 mil millones para holdouts y otros u$s 10 mil millones para financiar el déficit fiscal- y alcanzar el 5% de la deuda emergente.
Esta emisión de deuda se suma a la venta que realizarán los fondos "distress" de los papeles que hoy están en litigio con los holdouts, una vez que el conflicto se resuelva y puedan ganar la suba de precio. Los compradores naturales de ambos tipos de bonos son los fondos llamados "real money", que siguen en su cartera el índice emergente y la suba de la proporción argentina elevaría su demanda.
Pero el temor de los inversores es que ambas operaciones podrían generar un exceso de oferta de títulos argentinos y que, por lo tanto, la tasa de fondeo de Argentina no caiga como era lo esperado. Y que cuando la tasa llegue a su piso, quién recompraría los bonos argentinos habiendo otros emergentes competitivos, como Brasil (siendo Petrobras el ejemplo habitual).
Algunos fondos, como Pimco, piensan que la tasa argentina permanecerá igual que ahora. Puente espera una compresión de 150 a 200 puntos básicos, hasta un 8% a largo plazo, porque entiende que los fondos que invierten en emergentes tienen espacio para tomar posiciones en Argentina, pero perdurarán algunos desequilibrios macroeconómicos por un año y medio más: "Un deterioro en la perspectiva macroeconómica ya sea por factores externos o domésticos, con variables como el déficit fiscal, las cuentas externas, o el desempeño de Brasil tomando mayor relevancia podría llevar la los fondos emergentes a posiciones underweight (por debajo del índice) en Argentina después del arreglo reduciendo la demanda de los compradores naturales aún más".
Para Balanz, la tasa de interés argentina podría bajar a 5,5-6,5% porque entiende sólo el 5% de los u$s 14,5 billones emitidos por emergentes es deuda soberana, el resto es corporativa y deuda. "Sospechamos que hay demanda adicional de papeles soberanos, pero que los gobiernos de las ecomonías emergentes son reacios a dar prioridad a la deuda externa sobre los valores locales", indicó en su informe.
Es relevante también quién gane las elecciones presidenciales, porque algunos fondos temen que una política de gradualismo para resolver el cepo cambiario y el déficit fiscal pueda derivar en un ajuste desordenado. Pero otros temen al shock en una economía con variables debilitadas.