Los bonos soberanos argentinos volvieron a ser castigados en Wall Street, en un contexto de creciente desconfianza política y económica. Así, el EMBI Argentina trepó por encima de los 1300 puntos. Los bonos en dólares atravesaron este jueves una de las peores caídas entre los mercados emergentes y anotaron una de sus rachas más largas de pérdidas semanales en meses. De hecho, con la curva completa teñida de rojo, los títulos soberanos volvieron a precios del 20 de agosto de 2014. Los bonos soberanos sufrieron una fuerte caída este jueves, con un desempeño negativo generalizado. El descenso intradía más pronunciado fue para el Global 2038, que se desplomó un -12,1 por ciento. En el caso de los Bonares, el más afectado fue el Bonar 2030 que cayó un -10,7 por ciento. En contraste, el bono menos golpeado de la jornada fue el Global 2029, que a pesar de la tendencia bajista, experimentó una caída menor del -5,8 por ciento. Desde MegaQM señalaron que, durante la semana, "el riesgo de acceso a los mercados en 2026 se exacerbó, lo que generó mayor presión sobre la curva de Globales, que ya operan con tasas del 21% en el tramo corto y del 16% en el largo". El economista Federico Glustein dijo a El Cronista que los bonos son castigados porque, "tras lo sucedido ayer, quedó en evidencia que más allá de un eventual mayor gasto presupuestario, el problema central es la debilidad del esquema político". Para el experto, esto abre la puerta a que, de aquí en adelante, "el Gobierno pierda legitimidad y capacidad de acción para sostener su plan económico". A esto se suma, dijo Glustein, "la falta de medidas concretas para calmar la corrida, lo que alimenta la desconfianza del mercado. En este contexto, el riesgo país trepó a 1.428 puntos básicos", agregó. Para Pablo Lazzati, CEO de Insider Finance, en diálogo con este medio, la caída responde a una combinación de factores: "Los vetos presidenciales de la última jornada, la suba del riesgo país y una previa electoral marcada por un escenario binario". Para el estratega, este cóctel golpea tanto a los bonos soberanos como a los ADR, que exhiben una elevada volatilidad a la espera del desenlace electoral. Lazzati explicó que el mercado interpreta que, si el oficialismo logra imponerse, podría avanzar con reformas estructurales en materia tributaria, laboral y previsional, además de profundizar la desregulación y aportar mayor previsibilidad para inversores, trabajadores y empresas. "En cambio, una victoria opositora sería vista como el camino inverso, lo que explica la sensibilidad y la volatilidad actuales", añadió. Por su parte, Federico Victorio, Cofounder de Inversiones Andinas (IA), explicó en declaraciones a este medio que, " hay mucho ruido político que terminó por opacar a los temas económicos". Desde IA consideran, señaló, "el mercado se asustó y empezó a descontar la continuidad del modelo económico más allá de 2027. Sobre todo, su sostenibilidad y la posibilidad de un cambio político para ese año, lo que se traduce en incertidumbre sobre los activos financieros". Victorio estimó que, en parte, esta reacción es exagerada a nivel macroeconómico. "Mientras el Gobierno no utilice de manera indebida los dólares en el techo de la banda cambiaria, no vemos un riesgo significativo. Con las proyecciones de crecimiento del PBI, el aporte de divisas de los sectores en expansión y una buena cosecha, estimamos que habrá margen suficiente para que se cumplan con los compromisos y la acumulación de reservas". Pablo Repetto, jefe de Research de Aurum Valores, opinó en esa misma línea: "Me parece que la reacción del mercado es exagerada. Entiendo que la situación política, la incertidumbre y ciertos movimientos cambiarios -como la venta de dólares por encima de la banda- generan estrés sobre los bonos, pero, en mi opinión, se trata de una sobrereacción". Según explicó el estratega, hay dos puntos clave a tener en cuenta en este momento: En lo cambiario, Repetto comentó que, la situación se interpreta como un déficit de dólares disponible para pagar la deuda, pero para el especialista "esto puede corregirse mediante ajustes en el tipo de cambio, modificaciones en el esquema cambiario o intervenciones del Banco Central, como la compra anunciada de u$s 50 millones por día", aseveró. "Cualquier Gobierno preferirá un dólar ligeramente más alto y reservas compradas por el Banco Central antes que un default", sentenció Repetto, que lamentó que hoy, el mercado este dominado por el sentimiento negativo, pero no creo que esto represente un gran riesgo real para los bonos. Con bonos en rojo, presión sobre las reservas y un Congreso hostil, el Gobierno enfrenta una tormenta que combina fragilidad política y tensión financiera. En el mercado ya se instala la pregunta clave: ¿podrá Milei sostener su estrategia de ajuste mientras pierde respaldo institucional y la confianza de los inversores se erosiona a velocidad creciente?