El rojo en la balanza del sector turismo que se repite desde el año 2011 llegó este año a un nuevo récord, y en sólo 11 meses. El déficit neto de la cuenta de viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta fue de u$s 807 millones en noviembre pasado, con lo que alcanzó un acumulado de casi u$s 10.000 millones en el año.
"El déficit neto de la cuenta de Viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta registró un incremento interanual de 19%, mostrando un crecimiento de los egresos por encima del aumento en los ingresos", explica el informe del Mercado Único y Libre de Cambio distribuido ayer por el Banco Central (BCRA). "En efecto, los ingresos brutos totalizaron u$s 210 millones (variación de 4%), mientras que los egresos brutos fueron de u$s 1018 millones (variación de 15%)", detalló el reporte.
"En el 2017 se observó un déficit de unos u$s 9840 millones, mientras que para el periodo análogo del año previo la salida fue de u$s 7790 millones, lo que implica un incremento interanual de 26%", agregó el informe del BCRA.
El saldo negativo en la balanza de turismo es algo estable desde el año 2011, año de elecciones presidencial en el que el dólar empezó a correr desde atrás a la inflación y que terminó con la instauración del cepo cambiario. Desde entonces la cuenta da negativa cada año, aún durante los años de cepo. Y tras la liberación del mercado cambiario y el sostenimiento de un precio del dólar que todavía es percibido como barato, no para de crecer.
"Uno de los principales motivos de este comportamiento se encuentra en la evolución del tipo de cambio real: desde fines de la década pasada, Argentina demuestra tener una fuerte tendencia a la apreciación cambiaria que se sostiene hasta el día de hoy, básicamente debido a distintos intentos de controlar la inflación mediante el anclaje del tipo de cambio nominal", explica un informe de Ecolatina y Key Market en el que se estima bien por encima de los u$s 10.000 millones en déficit turístico de este año.
"El efecto del tipo de cambio sobre los turistas locales y extranjeros ha sido muy disímil en los últimos años: mientras que el ingreso de turistas por los principales aeropuertos y el Puerto de Buenos Aires se redujo alrededor de un 15% entre 2010 y 2016, la salida de turistas se incrementó un 100%. Es decir, la apreciación cambiaria estimula en gran medida la salida de turistas residentes y reduce la llegada de extranjeros", agre-gó el mismo informe.