Pasaron tres años desde aquel viernes en que el anuncio de la AFIP sobre la necesidad de autorización para comprar dólares marcó el inicio de lo que derivaría en un intrincado corralito cambiario que con el tiempo llegó a cerrar por completo el grifo de divisas para el ahorro, una medida apenas suavizada este año con la habilitación del acceso a más que módicas sumas consuelo.
Pero el cepo que empezó a tomar forma aquel 31 de octubre de 2011 no sólo no resolvió el problema de la escasez de divisas y las arcas menguantes sino que la sequía y su pesado costo en términos de actividad que hoy resulta evidente, se vio agudizada por ese otro cepo en el que los buitres terminaron de acorralar esta vez al propio Gobierno, hoy imposibilitado de beneficiarse de esos dólares que aún abundan en el mundo. Este viernes, de hecho, no sólo se cumplen tres años del cepo. También se cumplen tres meses del default técnico que vino a rematar un proceso de creciente asfixia financiera.
La búsqueda de dólares financieros pondrá a prueba a partir de enero cuando caiga la cláusula RUFO que hoy frena el pago a los buitres la capacidad del Gobierno de acomodar el discurso al apremio de las circunstancias y la necesidad de sacar a flote a la economía en 2015. Si no se desactiva el bloqueo holdout, será el próximo Gobierno el encargado de desarmar esta Argentina del doble cepo.