El stock de los depósitos UVA cae 30% en los últimos 30 días, al pasar de $ 729.000 millones a $ 510.000 millones, por lo que se produjo una merma de casi $ 200.000 millones. En lo que va del año bajan 44%, contra 41% que crecen los tradicionales. En el interanual disminuyen 51% contra un alza de 79% de los que son a 30 días. Este fenómeno sucede en medio de un escenario donde los bancos suben nuevamente las tasas de los plazos fijos tradicionales: el Nación elevó la tasa otra vez en la semana, ahora al 44%, por lo que termina rindiendo un 3,66% mensual, y una Lecap a noviembre da 3,9%, contra el 1,6% que rinden los ajustados por inflación, ya que toman el IPC pasado, hasta el día 15, que cargan el nuevo índice, del 1,9%. Adriana Marinelli, especialista en mercados de capitales, hace una salvedad con los UVA: "Para quien toma un préstamo hipotecario UVA, sube su cuota en pesos, pero el dólar está en baja. Por ende, comprar dólares y aplicarlos a un crédito hipotecario convendría, más aún los préstamos topeados con aumento de salarios de Banco Nación". Esto se da por la estrategia del Gobierno para frenar al dólar de cara a las elecciones. Por lo tanto, la cuenta que se debe hacer es si la divisa subirá menos del 4% en los próximos 30 días, de modo que el plazo fijo le gane a la potencial suba del billete. Brian Torchia, Gerente de Finanzas Corporativas de Pgk Consultores, revela que para evaluar la evolución del dólar de cara a septiembre hay que ver si sigue dentro del esquema de bandas. La respuesta sería que sí, dado que más allá de cualquier otro factor de carácter macroeconómico, no ve al Gobierno desarmando su referencia en lo inmediato, dando a entender que el techo de $1.475 es un tope creíble. Luego resta analizar su comportamiento desde las cotizaciones actuales de $1.320 a nivel mayorista. En lo que refiere a la tendencia, bajo el supuesto de acompañar la inflación, lo cual muestra que en caso de rodar al 2,5% mensual en agosto, se estaría en la zona de los $1.375 redondeando, quedando a aproximadamente 7% de su techo según el esquema actual. Por otra parte, la referencia de mercado sería observar la cotización de los contratos de dólar futuro de septiembre que están actualmente en $1.397, llegando a una distancia de 5,5% respecto del techo. Desde Lambda Consultores observan que la efectividad de las elevadas tasas de interés como herramienta de estabilización depende fundamentalmente de que las expectativas del mercado respecto a la evolución del tipo de cambio después de octubre estén firmemente ancladas. "Una señal clara de esta dinámica se observó la semana pasada en el mercado de futuros de dólar, cuando una proporción significativa de las posiciones abiertas en julio no fue renovada para el contrato de agosto, lo que generó una presión compradora sobre el tipo de cambio, que aumentó un 4,5% el último día de julio". "En este contexto, la falta de control sobre las expectativas de depreciación implica que las altas tasas de interés no logran más que reforzar y retroalimentar estas expectativas". "La reducción de las expectativas de ajustes cambiarios tras las elecciones de medio término contribuye a que las altas tasas de interés funcionen como un mecanismo efectivo de restricción monetaria y estabilización económica". "En el contexto actual de las tasas relativas, las tasas de los instrumentos sintéticos que combinan tasas fijas en pesos con contratos futuros de dólar a largo plazo tienden a mitigar la presión de compra sobre el tipo de cambio", concluye el research de Lambda.