De la mano de un dólar que pareciera haber llegado a su techo, y tasas en pesos que duplican a la inflación, vuelve a resurgir el negocio del carry trade: vender dólares, para hacer tasa en pesos, y luego, en algún momento, desarmar posiciones y volver a la divisa. En un informe de Adcap por Federico Filippini, Chief Economist, y Javier Casabal, Head of Strategy, advierten que el conjunto de variables vinculadas al tipo de cambio está transitando gradualmente hacia un nuevo equilibrio, en línea con un peso más débil y tasas de interés más bajas: "El Gobierno está gestionando activamente esta transición mediante un mayor endurecimiento de las condiciones de liquidez". En un tono algo más constructivo, comienzan a reactivarse -aunque de forma gradual- los ingresos de dólares del agro, lo cual ayuda a reducir la volatilidad cambiaria. Aun así, el foco del mercado se desplaza cada vez más hacia la capacidad del Gobierno para defender el límite superior de la banda cambiaria, que en esta etapa funciona como un ancla clave de confianza. "El tipo de cambio spot parece haber encontrado un techo en torno a los $ 1.360, mientras que la curva de futuros comienza a normalizarse tras la sobrerreacción de fines de julio", señalan. En este contexto, el desempeño relativo de los activos durante el último mes ha generado un punto de entrada atractivo para los bonos en pesos, dado que tanto el tipo de cambio real como las tasas reales han aumentado de forma pronunciada. Recomiendan rotar desde los bonos en dólares -como el GD30 y GD35- hacia instrumentos ajustados por inflación, especialmente los Boncer TZXD6 y TZXD7.