El ajuste que había empezado a introducir el Gobierno en todos los sectores de la economía, a principio de año, los había preparado para lo peor. Y por eso el impacto, al final, se recibió casi con alivio: los bancos reconocen que hubo un leve deterioro en el cumplimiento de los créditos del sistema destinados al consumo, durante los primeros dos meses del año, pero advierten que fue mucho menor al que esperaban por el peso de la inflación y la incipiente tensión en la cadena de pagos de algunas actividades.

Las líneas más afectadas fueron en todos los casos las destinadas al consumo, como la financiación con tarjeta de crédito y los préstamos personales. Preparadas de antemano, las entidades ya habían puesto a punto para estos clientes algunas acciones de mora temprana: Tenemos siempre una batería de acciones, como llamados telefónicos, planes de reconducción y hasta propuestas de refinanciación para las situaciones más complicadas, comentó el gerente del área de créditos de uno de los grandes bancos privados del sistema.

Siempre, cumplido el décimo mes del cierre de la negociación de las paritarias, el salario empieza a sentir todo el peso de la dinámica de la inflación. Y pega más rápidamente en la parte de las líneas que no tienen garantía real, como tarjetas y personales, comentaron una entidad que registró en estos meses un aumento del 20% en la irregularidad de los créditos. Con estos niveles de inflación, esto ya se presupuesta de antemano. Sabíamos que iba a suceder por la estacionalidad de la distancia entre lo que falta para la paritaria y la evolución de los precios, agregaron.

El deterioro es prácticamente insignificante, porque la morosidad se encuentra hoy en niveles históricamente bajos. El Banco Central tiene previsto difundir hoy el índice de morosidad para todo el sistema en su informe sobre bancos, actualizado a enero pasado. En su último informe, de diciembre, el ratio de irregularidad de las financiaciones al sector privado se mantuvo en torno al 1,4%.

El riesgo por ahora está acotado. Pero todos esperamos que haya un poquito de aumento, por la quita de subsidios en la luz, el gas y el ABL, comentó un ejecutivo. Hacia adelante pensamos que se puede incrementar. Pero por ahora está dentro de los parámetros de estacionalidad de estos productos para una economía con estos niveles de inflación, agregó.

La gente pareció empezar a acomodarse en febrero a un escenario de mayor incertidumbre. La tasa de crecimiento en los préstamos en pesos (tanto de individuos como de empresas) fue la mitad que en igual mes del 2011 y la más baja registrada en los últimos dos años. Las líneas quedaron resentidas por una suba en el costo vida, que aminoró fuertemente el consumo, y una mayor incertidumbre, que empezó a postergar planes de inversión en las empresas. Según cifras oficiales, los créditos personales se incrementaron 1,4% en febrero y los comerciales apenas por encima del 1%. Así, el nivel de crecimiento no llegó siquiera a la mitad del año pasado, cuando los préstamos se expandieron con tasas mensuales (promedio) de entre el 3% y el 5%.