Cuando el lunes se produjo la mayor venta masiva de acciones chinas en más de cuatro años, se especuló con que la llamada "selección nacional" de compradores respaldados por el Estado entraría en el mercado y amortiguaría el golpe de la caída provocada por el coronavirus.
Pero los operadores de las sociedades de bolsa y las administradoras de activos en China dijeron que el equipo no actuó el lunes. No fue hasta después del cierre del mercado que los medios estatales confirmaron que la caballería estaba preparada -específicamente, un grupo de aseguradoras chinas con 100.000 millones de yuanes (u$s 14.300 millones) listo para entrar en el mercado de valores si fuera necesario.
Eso ayudó a apuntalar el ánimo de los inversores, ya que el índice de referencia CSI 300 de acciones que cotizan en Shanghai y Shenzhen subió 2,6% ayer después de haber caído cerca de 8% durante la sesión anterior. Sin embargo, los observadores atribuyeron el repunte a la confianza en el poder de compra de la "selección nacional", y no a cualquier evidencia de que ya se produjo un rescate.
"Una de las claves del apoyo estatal es que todo el mundo cree que va a suceder, así que en parte es un placebo y en parte real", dijo Fraser Howie, analista independiente y coautor del libro Capitalismo rojo: Las frágiles bases financieras del extraordinario crecimiento de China.
Los operadores de las unidades de gestión de activos en Huatai Securities y Galaxy Securities afirmaron que aún no se les había ordenado comprar acciones, aunque uno señaló que "rara vez se pierde dinero comprando acciones cuando otros entran en pánico". Huatai es 24% propiedad del gobierno provincial de Jiangsu, mientras que Galaxy pertenece en un 51% a Central Huijin, una firma de inversiones estatal.
Pero los operadores de tres sociedades de bolsa confirmaron que hubo una comunicación de la Comisión Reguladora de Títulos Valores de China que les ordena limitar las ventas de acciones y abstenerse de apostar contra el mercado abriendo posiciones cortas.
Esa orden se repetirá ahora que aumenta la volatilidad en los mercados de China, aunque el equipo nacional no siempre esté compuesto por los mismos jugadores. Cuando estalló una burbuja bursátil en 2015, se les pidió a las 20 mayores firmas de inversiones financieras que compraran acciones en un intento por frenar la caída de los precios. Ese agosto Goldman Sachs estimó que una alianza de instituciones financieras estatales había invertido u$s 144.000 millones en dos meses, la mitad del fondo de reserva con el que disponía el equipo.
Los equipos nacionales posteriores nunca igualaron el nivel de compras registrado en 2015 y 2016, pero el año pasado las principales sociedades bolsa recibieron presiones para que armaran fondos de rescate en respuesta a una serie de defaults de bonos en el país. A fines de 2019, las sociedades de bolsa locales habían creado 198 fondos de ayuda por un total de 125.000 millones de yuanes, de los cuales 61.000 millones se habían invertido en 366 proyectos y en empresas con dificultades en todo el país, según la Asociación de Gestión de Activos de China.
Para el equipo de este año, los brokers se unieron a las principales aseguradoras chinas. Según un operador de Shenwan Hongyuan Securities, los reguladores creen que las aseguradoras son adecuadas para estabilizar los mercados porque "son sólidas, tienen capital para invertir a largo plazo y [las compras de acciones] no tendrán un impacto directo a corto plazo sobre las personas que aseguran". Beijing aún no liberó realmente el poder de compra del nuevo equipo, pero podría hacerlo si el brote empeora o si el impacto sobre las empresas se prolonga más de lo esperado.
Traducción: Mariana Oriolo
