Un tribunal de Hong Kong ha ordenado la liquidación de China Evergrande. La sentencia abre una nueva e impredecible fase en el colapso del desarrollador inmobiliario más endeudado del mundo. La orden de liquidación llega más de dos años después del default oficial de la empresa, que desencadenó una crisis de liquidez para los desarrolladores chinos que a día de hoy afecta a la segunda mayor economía del mundo. La jueza Linda Chan emitió la orden el lunes, después de que la empresa no lograra presentar un plan de reestructuración que convenciera a los acreedores internacionales, a pesar de las largas negociaciones. "Se trataría de una situación en la que el tribunal dice basta. Considero que es apropiado que el tribunal dicte una orden de liquidación contra la empresa, y así lo ordeno", sentenció Chan. La jueza nombró liquidadores de Evergrande a Eddie Middleton y Tiffany Wong, de la empresa de reestructuración Alvarez & Marsal. La decisión pondrá a prueba el alcance de los tribunales de Hong Kong en la China continental, donde se considera que las demandas extranjeras tienen poco peso. La ralentización del sector inmobiliario se ha convertido en uno de los mayores desafíos políticos de Beijing. Aunque Evergrande cotiza en Hong Kong, casi todos sus activos y la inmensa mayoría de sus más de u$s 300.000 millones en pasivos se encuentran en China. Hasta ahora, las autoridades han dado prioridad a la finalización de los proyectos inconclusos de los desarrolladores. A la salida del tribunal, Wong declaró que empezarían por reunirse con la dirección para entender los asuntos de la empresa y hablar sobre los pasos a seguir. En su sentencia escrita, Chan aseguró que había decidido ordenar la liquidación porque Evergrande no tenía "ninguna propuesta de reestructuración, y mucho menos una propuesta viable que cuente con el apoyo de las mayorías requeridas de los acreedores". Su decisión podría generar nuevas demandas derivadas de las pérdidas multimillonarias relacionadas con la quiebra de la empresa. Tras conocerse la sentencia se suspendió la cotización de Evergrande y dos de sus filiales. Tras la vista, Fergus Saurin, socio del estudio Kirkland and Ellis, que representa a un importante grupo de acreedores de Evergrande, manifestó que "no nos sorprende el resultado. Es producto de la falta de compromiso de la empresa". "Ha habido un historial de compromisos de última hora que no han llegado a ninguna parte. Y dadas las circunstancias, la empresa sólo tiene la culpa de su liquidación", agregó. En teoría, la sentencia podría allanar el terreno para que los liquidadores intentaran hacerse con el control de algunos activos de Evergrande en China continental, ya que Hong Kong cuenta con un acuerdo de reconocimiento mutuo sobre insolvencia y reestructuración que se aplica en algunas partes de China. Sin embargo, no está claro hasta qué punto los tribunales continentales aceptarán la orden de liquidación de Hong Kong. En este sentido, Saurin no quiso hacer declaraciones. Poco después de la orden judicial, la prensa china informó de que el jefe de Evergrande, Shawn Siu, respondió que la empresa "haría todo lo posible" para garantizar la continuidad de los proyectos de desarrollo inmobiliario en China, y añadió que la estructura operativa de sus filiales "no se veía afectada", ya que la orden judicial se había tramitado en Hong Kong. Siu también declaró que la decisión judicial era "lamentable". Evergrande no respondió a una solicitud de comentarios del Financial Times. Brock Silvers, director de inversiones del grupo de capital privado Hong Kong Kaiyuan Capital, señaló: "Los acreedores extraterritoriales pueden carecer de buenas alternativas, pero la orden de liquidación dictada hoy por el tribunal de Hong Kong sería el comienzo de un proceso plurianual y muy costoso que, en última instancia, es poco probable que produzca recuperaciones significativas". Antes de la suspensión de la cotización y tras la orden, las acciones de Evergrande cayeron más de un 20%, hasta los u$s 0,16 de Hong Kong, mientras que los bonos en dólares en circulación emitidos por el desarrollador cotizaban a niveles muy bajos. Un bono con vencimiento en 2025 cotizó a menos de dos céntimos de dólar. Un acuerdo anterior entre Evergrande e inversores internacionales fracasó en septiembre, después de que las autoridades chinas no concedieran algunas autorizaciones reglamentarias. Hui Ka Yan, presidente de Evergrande, fue sometido días después a "medidas obligatorias" por sospechas de "delitos ilegales", según informaron entonces las autoridades. La demanda de liquidación fue presentada en 2022 por el acreedor extranjero Top Shine Global, que afirmaba que Evergrande no había hecho frente al pago de u$s 110 millones (863 millones de dólares de Hong Kong) en reclamos. La decisión podría tener implicaciones para otros desarrolladores que siguen inmersos en prolongadas negociaciones de reestructuración con acreedores extranjeros. Jiayuan, otro desarrollador chino, recibió una orden de liquidación de la misma jueza el año pasado.