Argentina ha levantado los controles de capital y permitirá el acceso prácticamente ilimitado a la moneda extranjera en un proceso que le permitirá al peso flotar más libremente."El que quiera comprar dólares, los puede comprar y el que quiera venderlos, los puede vender", anunció el miércoles en Buenos Aires el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay.


Como se esperaba, la movida provocó una fuerte depreciación del peso ayer. El mercado mayorista cerró en 13,4 pesos por dólar, lo que implica una devaluación del 27%. El mercado minorista cerró a 14 pesos por dólar, lo que implica una devaluación del 30%.


La anulación de lo que se conoce popularmente como el "cepo cambiario" fue una de las prioridades del nuevo presidente Mauricio Macri y señala su mayor cambio a favor del mercado desde que fue investido el pasado jueves.


Los analistas dicen que el peso podría caer hasta un 30% para acercar lo que ha sido una tasa de cambio oficial fuertemente controlada de 9,8 pesos por dólar a la tasa de 14,5 por dólar en la que la moneda se cotiza en el mercado negro.


"Probablemente alcance algún punto entre 13,50 y 14,50, dijo Alejo Costa, jefe de investigación de Puente, una casa de bolsa local. El ministro hizo hincapié en que la tasa de cambio sería administrada por el banco central de Argentina en lo que él llamó un sistema de "flotación dirigida" (en el que el banco central interviene en ocasiones).


La necesidad de solidificar las arcas de la autoridad monetaria para gestionar un posible movimiento especulativo contra el peso era una de las prioridades de la administración de Macri. El gobierno ahora tiene confianza de que entrarán al país entre u$s 15.000 millones y u$s 20.000 millones en los próximos meses a través de un aumento de las exportaciones, nuevas líneas de crédito de bancos extranjeros y un acuerdo inminente con China para convertir en dólares los renminbis que se encuentran en las reservas, dijo Prat-Gay. "Levantar el cepo cambiario será el punto de despegue para el crecimiento económico", dijo el ministro.


El levantamiento total del cepo cambiario comienza a deshacer una política implementada por primera vez en 2011 como una forma de evitar la depreciación de un peso sobrevaluado en medio de un aumento de la fuga de capitales. Una medida que en un principio solamente requirió que la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) autorizara las compras de moneda extranjera, expandió rápidamente sus tentáculos a través de todos los rincones de la economía.


El objetivo de los controles puede haber sido evitar la fuga de capitales, pero la inversión extranjera se agotó.
Costa señaló que Argentina recibió menos del 1% de su PBI en capital extranjero durante los últimos cuatro años, mientras que Uruguay, su pequeño vecino, recibió alrededor de 10% y Colombia 5%.


Mantener las restricciones era cada vez más caro, ya que la devaluación previamente anunciada hizo a los exportadores esperar para vender sus productos en el exterior, reduciendo las reservas del banco central en alrededor de u$s 200 millones al día que Macri asumió el cargo.


La devaluación debería provocar un aumento de las exportaciones que proporcionaría una protección para las reservas. Los exportadores de granos se han comprometido a vender u$s 400 millones por día durante las próximas tres semanas, añadió Prat-Gay.


Ahora el reto de la nueva administración es asegurarse de que la devaluación no conduzca a una espiral de inflación, la cual ya es muy elevada. Con ese propósito, ya ha dado señales de que está dispuesta a elevar las tasas de interés.