La inversión extranjera directa (IED) en los mercados emergentes se derrumbó a su nivel más bajo de este siglo, debido fundamentalmente a que las crecientes tensiones comerciales debilitaron su crecimiento económico.
La IED, que incluye la compra de compañías y la construcción de nuevas plantas, cayó en 2018 a sólo 2% del PBI en los mercados emergentes y de frontera, según el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), que sigue los flujos de capital internacionales. Eso se compara con el pico de 4,4% en 2007, inmediatamente antes de la crisis financiera.
La tendencia, que podría minar más la debilitada expansión económica en los mercados emergentes, tiene que ver con el retroceso de la globalización en un momento en que el crecimiento del comercio global también se estancó por la guerra comercial.
"La IED cayó abruptamente el año pasado debido a la mayor incertidumbre en cuanto a la política comercial, pero también como parte de una disminución general en todos los tipos de flujos de capital en medio de un fuerte incremento de la aversión al riesgo, en especial en el cuarto trimestre", dijo Guillermo Tolosa, asesor económico de Oxford Economics, una consultora.
Murat Ulgen, jefe global de investigación de mercados emergentes en HSBC, pronostica que este año los flujos de IED caerán a sólo 1,5% del PBI del mercado emergente, agregó: "Dadas las constantes preocupaciones sobre la actividad económica global en medio de crecientes tensiones comerciales, los flujos de IED probablemente se mantengan débiles en 2019".
Sergi Lanau, economista de IIF, cree que una serie de factores conspiraron contra la IED en los mercados emergentes. Primero, con la caída de los precios de los commodities bajó la IED en minería. Segundo, la década de 2000 "fue un período de fuerte crecimiento de los bancos de mercados desarrollados, que invirtieron fuerte en subsidiarias de mercados emergentes". Sin embargo, "el mundo hoy es muy diferente para los bancos", agregó.
