La muerte de Michael Brown en Ferguson, Missouri, ocurrida en agosto de este año casi seguramente será evocada de la misma manera que se recuerdan hoy a los mártires de la lucha por los derechos civiles como los jóvenes Emmett Till o Amadou Diallo.
A riesgo de que sea una generalización exagerada porque hay pensadores independientes de todas las razas en Estados Unidos con el correr del tiempo los norteamericanos negros tenderán a ver el asesinato de Brown de una manera y los blancos, de otra.
Un gran jurado del condado de St Louis decidió el lunes que Darren Wilson, un policía blanco, no violó ninguna ley cuando disparó a Brown un hombre negro de 18 años en el suburbio mayormente afroamericano de la ciudad de St Louis.
Robert McCulloch, el fiscal del Condado de St Louis, señaló: "No existe ningún motivo probable para presentar cargos contra el agente policial Wilson". Aseguró que el testigo más creíble de la causa testificó que Brown había atacado al agente antes de los disparos fatales, y que la evidencia física no respalda las afirmaciones de otros testigos de que Brown trataba de rendirse en el momento que fue asesinado.
"El deber de un gran jurado es separar los hechos de la ficción", declaró McCulloch a la prensa. Los miembros del jurado "han determinado que no hay razón suficiente para presentar cargos contra el policía Wilson".
Sin embargo, los nueve miembros blancos y tres negros del gran jurado no se refirieron a si tal enfrentamiento hubiese tenido lugar en una calle suburbana de algún barrio blanco de Estados Unidos, o si Brown o el oficial se habrían comportado de la misma manera si hubieran estado frente a una persona de su propia raza.
El jurado tampoco definió si lo que sucedió estuvo bien o mal, si fue justo o injusto, si trágico o simplemente estúpido, lo que hace posible que haya explicaciones alternativas sobre lo que pasó en un país con una larga historia de división racial.
En las calles de Ferguson, el veredicto que se pronunció en palabras y con actos de violencia que son el medio tradicional de expresión que usan las personas cuando están indignadas es que se trata de una cuestión racial. "¡Están equivocados!", aseguró Lesley McSpadden, la madre de Brown.
En ese sentido, Michael Brown fue otro Emmett Till, un adolescente negro de 14 años que fue asesinado en 1955 a manos de hombres blancos en Mississippi, que lo vieron hablando con una mujer blanca y decidieron que la repuesta adecuada era golpearlo, sacarle los ojos, dispararle en la cabeza y arrojar su cuerpo en el Río Tallahtchie con una máquina desmotadora atada a su cuello con una alambre de púa.
O para mencionar otros ejemplos recientes, Michael Brown fue otro Amadou Diallo, un inmigrante desarmado de 22 años proveniente de la nación africana de Guinea, que fue asesinado en 1999 en la puerta del edificio de su departamento en el Bronx, en la Ciudad de Nueva York, a manos de cuatro policías que pensaron que llevaba un arma. Le dispararon 41 veces y la víctima recibió 19 balas.
Pero otro relato ya estaba tomando forma en sectores blancos de Norteamérica los días antes del anuncio, que se anticipaba porque se filtró información que sugería que no habría procesamiento contra Wilson.
Esta visión quizás quedó mejor expresada el día antes del fallo cuando Rudolph Giuliani, el ex alcalde de Nueva York que presidía la ciudad cuando mataron a Diallo. Durante una aparición en el programa Meet the Press de la NBC, Giuliani expresó simpatía por los policías blancos que deben patrullar las comunidades negras atormentadas por la delincuencia.
Giuliani se refirió a la muerte de Brown como "una significativa excepción" a la regla de las calles donde se ve que la mayoría de los negros "son asesinados por otros negros". Eric Dyson, profesor afroamericano de Georgetown, respondió: "Los negros que matan a negros van a la cárcel. Los blancos que son policías y matan a negros no van a la cárcel."
Pero Giuliani se defendió: "Los policías blancos no estarían allí si no fuera porque ustedes se están matando entre sí". A lo cual Dyson contestó: "¡Miren esto! Ése es el mecanismo defensivo de la supremacía blanca que usted cree tener, señor!"
El programa terminó sin una solución al enfrentamiento. Lo mismo podría decirse del país en el que ocurrió.
