Los empresarios brasileños estaban contentos con las opiniones de Jair Bolsonaro sobre el libre mercado después de que fue elegido presidente. Ahora les preocupa el deterioro del panorama económico y político del país conducido por el errático mandatario.

El índice clave de confianza empresarial elaborado por FGV Ibre cayó en abril a su nivel más bajo, lo que refleja la perspectiva de una segunda recesión en menos de cinco años, derivada de la pandemia de Covid-19.

El número de muertes por coronavirus en la mayor economía de América latina ha superado al de China, con una cifra oficial superior a 7025 víctimas. Se desató una crisis política tras una investigación judicial a Bolsonaro. La agenda económica liberal de Paulo Guedes, ministro de economía, se vio descarrilada por las medidas de emergencia tomadas en medio de rumores de que dejará la administración, lo que la semana pasada colocó a la moneda brasileña en un nuevo mínimo.

"La gente empieza a decir que ésto no era lo que esperábamos", contó un alto ejecutivo de un importante grupo de lobby empresario.

"Mientras exista esta combinación de nivel de actividad extremadamente bajo y gran incertidumbre sobre el futuro, lamentablemente, la confianza empresarial seguirá siendo muy baja", dijo Aloisio Campelo Junior de FGV Ibre, cuyo índice de confianza industrial también cayó a su mínimo histórico.

Tampoco ayuda la abrupta renuncia del ministro de justicia Sérgio Moro el mes pasado, que también generó temor a que Guedes -uno de los pocos tecnócratas moderados que quedan en la administración de Bolsonaro- pueda ser el próximo. Su partida echaría por tierra las esperanzas de reformas post-pandemia.

"Lo que Guedes predicaba era música para nuestros oídos. Si se va, sería un desastre total", dijo un banquero de la Avenida Faria Lima en San Pablo, conocida como la Wall Street de Brasil, donde hasta hace poco el optimismo era palpable tras la aprobación de reformas clave a fines del año pasado.

El presidente trató de calmar a los inversores la semana pasada diciéndoles que "el hombre que decide la economía en Brasil se llama Paulo Guedes". Y el ministro de economía reiteró la importancia "de las reformas estructurales" para salir de la crisis actual. Pero los empresarios locales siguen sin estar convencidos. "¿Cómo podemos saber si ésto es sostenible? Hay un alto nivel de irresponsabilidad ya que Bolsonaro es muy impulsivo", dijo el banquero.

"En cuanto Guedes se dé cuenta de que su agenda de responsabilidad fiscal se ha echado a perder porque Bolsonaro la ha convertido en una agenda económica populista, sin duda tirará la toalla", concluyó.