La semana pasada, la escultura de un avión colocada en el aeropuerto de Castellón, en la región de Valencia, fue recibida con carcajadas. Ninguna nave comercial de línea ha aterrizado aún en este elefante blanco que costó 150 millones de euros y es uno de los monumentos al atracón constructor que puso de rodillas a las cajas de ahorro, la economía y las finanzas públicas de España.

Pero cuando el viernes el gobierno regional de Valencia pidió ayuda financiera al gobierno central para poder cumplir con sus deudas, se terminó la diversión. Quedó en claro que Valencia simplemente estaba primera en la fila para recurrir al recientemente creado fondo de liquidez para las autonomías de 18.000 millones de euros, conocido por la sigla FLA.

Del total de deudas regionales con vencimiento este año por 35.700 millones de euros, 15.800 millones vencen en el segundo semestre. El hecho de que Valencia, que está gobernada por el ahora oficialista Partido Popular desde hace más de dos décadas, hiciera este anuncio mientras los mercados estaban todavía abiertos, se sumó a la creciente sensación de que el gobierno de Mariano Rajoy está perdiendo el control del país. En Valencia hubo ayer marchas de protesta de policías y bomberos.

Los mercados financieros, que ya estaban tratando de digerir el impacto del paquete de austeridad de 65.000 millones de euros, anunciado por el gobierno la semana pasada, y la autorización de la eurozona a la ayuda de hasta 100.000 millones de euros para recapitalizar a los bancos españoles, se alarmaron y llevaron los spreads sobre los bonos españoles a picos récord en la era del euro.

Según analistas e informes de prensa, se estima que entre seis y ocho de las 17 regiones autonómicas de España podrían solicitar ayuda de emergencia y es probable que Cataluña recurra al fondo de liquidez. Esta comunidad, que es una de las más desarrolladas del país y tiene una economía equivalente en tamaño a la de Portugal, tiene una deuda total de 41.800 millones de euros, de los cuales 13.500 millones tienen vencimiento este año. Valencia, con un stock de deuda de 20.700 millones de euros, tiene que refinanciar 8.100 millones en 2012.

El problema de la liquidez se está convirtiendo en un duelo político entre Madrid y algunas de las regiones, en parte porque Rajoy está reservando el alivio que pactó con Bruselas en cuanto a las exigencias sobre el déficit exclusivamente para el gobierno central e impone a las regiones metas más estrictas.